Si. Se trata de un escrito publicado este jueves, 12 de diciembre, por Ramón Ruiz Ruiz y Jesús Gutiérrez Barriuso en la sección Opinión del Diario Montañés valorando los recientemente publicados resultados de PISA y el sistema educativo de Cantabria en su conjunto.
Ramón Ruiz y Jesús G Barriuso son dos personalidades de reconocido prestigio en el ámbito educativo de Cantabria. Su trayectoria profesional, a través de toda su vida dedicada a trabajar por la Educación, avala este comentario.
Ramón Ruiz, maestro y pedagogo, ha sido director de un centro escolar e inspector. En 2003 y hasta 2011, ocupó el cargo de director general de Política Educativa, nombrado por la entonces consejera de Educación Cultura y Deporte, Rosa Eva Díaz Tezanos. En 2015 fue nombrado consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, cargo que ocupó hasta 2017.
Jesús G Barriuso ha recorrido una intensa trayectoria profesional muy paralela a la de Ramón Ruiz. Maestro en la Especialidad de Lengua y Literatura, y de Lengua Inglesa por la Universidad de Cantabria ejerció, inicialmente, su carrera profesional como docente y director de Escuela Rural. En 1988 fue nombrado responsable del área de Lengua en el Centro de Profesores de Torrelavega y, posteriormente, en 1991, asesor de Formación Permanente en el Centro de Profesores de Santander. En 1999 ocupó el puesto de profesor de Lengua Inglesa en el IES Villajunco de Santander.
A partir de 2004, y hasta julio de 2007 que fue nombrado director general de Personal, Barriuso se hizo cargo de la jefatura de la Unidad Técnica de Renovación Educativa de la Consejería de Educación responsable, entre otros asuntos, del Plan Lector, Plan de Lenguas Extranjeras, Plan de Apertura de Centros a la Comunidad o Plan de Formación Permanente del Profesorado de Cantabria. En 2015, el entonces recientemente designado consejero de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz, le encomendó la presidencia del Consejo Escolar de Cantabria, hasta su dimisión en 2017.
En la actualidad, Ruiz y Barriuso son dos miembros destacados del Foro de Educación Cantabria.
Para concluir esta presentación me permito señalar el hito que representa el consenso educativo alcanzado en el Consejo Escolar de Cantabria, bajo la presidencia de Jesús Gutiérrez Barriuso, siendo consejero de Educación, Cultura y Deporte Ramón Ruiz. Como citan en su escrito: “Un consenso educativo necesario, que se consigue tras dos cursos escolares de trabajo, de diálogo informado y de voluntad de acuerdo por parte de todos los sectores de la comunidad educativa representados en el Consejo. Un acuerdo único en el Estado por sus características, por sus medidas, por su profundidad, por su unanimidad”. Por otro lado, me sumo a sus loables deseos expresados en el párrafo final de su reflexión: “…sería magnífico que la educación de Cantabria tenga claro el camino para avanzar y lo haga con seguridad, con rumbo fijo, para alcanzar las cotas más altas posibles de inclusividad, calidad y equidad”.
Acabo esta introducción haciendo mención a dos entradas publicadas en mi blog www.rincondeldirector.com. En la primera, ACUERDO POR LA EDUCACIÓN EN CANTABRIA, de 19 de mayo de 2017, en el que señalaba que el martes, 16 de mayo de 2017, pasará a los anales de las historia de la educación de Cantabria por ser la fecha en la que El Pleno Extraordinario del Consejo Escolar de Cantabria aprobó por unanimidad el texto del denominado Acuerdo por la Educación en Cantabria. En la segunda, PRESENTACIÓN DE NEXO2 EN EL PARLAMENTO DE CANTABRIA, de 20 junio de 2019, destaco la transcripción literal del artículo PACTO EDUCATIVO; LOS CIMIENTOS PARA CAMBIAR LA EDUCACIÓN. El acuerdo por la educación en Cantabria, de Jesús G Barriuso, “que me recuerda momentos apasionantes en el Consejo Escolar de Cantabria del que formo parte”.
Muchas gracias, Jesús, por autorizarme a divulgar vuestro escrito en este blog con el ánimo de difundirlo entre todos los componentes de la comunidad educativa de Decroly.
Más allá de PISA
RAMÓN RUIZ RUIZ
EXCONSEJERO DE EDUCACIÓN
JESÚS G. BARRIUSO
EXPRESIDENTE DEL CONSEJO ESCOLAR DE CANTABRIA
Necesitamos que, cuanto antes y de manera explícita, se presente a la sociedad un
proyecto educativo basado en el desarrollo pleno del
Acuerdo por la Educación en Cantabria de 2015
Se han publicado recientemente los resultados de PISA 2018 y, como siempre, se vuelven los ojos a la educación para establecer comparaciones entre países y comunidades autónomas; buscando explicaciones más o menos fundamentadas y, en muchos casos, obviando el sentido, alcance y metodología de la prueba.
Mirando los resultados, podemos decir que Cantabria ha quedado bien posicionada. No tanto por el puesto que ha ocupado desde el punto de vista estadístico respecto de otros países y regiones; sino porque, en un contexto de estancamiento y en muchos casos retroceso casi generalizado, Cantabria ha mejorado en el período 2015-2018; respecto de sí misma y de CC.AA. que, en anteriores evaluaciones, obtenían mejores resultados. Si bien hay que decir que, antes y ahora, con muchas de ellas no se aprecian diferencias significativas.
De todo ello, nos gustaría resaltar dos aspectos. Primero, en competencia matemática Cantabria obtiene resultados similares a países como Finlandia, Francia, Canadá, Dinamarca, Noruega, Suecia o Alemania. Y en competencia científica sus resultados son del mismo nivel que Francia, Dinamarca, Noruega, Austria, Alemania. Segundo y más relevante, destaca la igualdad de resultados existente entre los centros educativos de Cantabria.
Pero queremos ir un poco más allá de PISA y reflexionar sobre las posibles causas de esta mejoría; y vislumbrar cómo podemos seguir mejorando.
Sin duda, Cantabria tiene un buen sistema educativo. El mérito es de sus protagonistas; del alumnado y profesorado de nuestra región. Pero también creemos que la administración educativa, en coherencia con su función y responsabilidad, ha contribuido a ello dotando de los necesarios recursos humanos y materiales a los centros educativos.
Sin embargo, con ser imprescindible, no basta con eso. En nuestra opinión, es necesario destacar dos aspectos relevantes que contribuyen también tanto a la mejoría de resultados, como a la solidez del sistema. Por una parte, se ha ofrecido un proyecto de política educativa bien definido y, por otra, se ha buscado un acuerdo, social y político, por la educación de Cantabria a través del diálogo y el consenso.
En 2015, tras cuatro años turbios, la administración educativa propone un proyecto explícito de educación para Cantabria. Se lo presenta a la sociedad en general a través del Parlamento Regional y de los medios de comunicación; y a los agentes educativos en particular: al Consejo Escolar de Cantabria, a la Junta de Personal Docente y a los Comités de Directores de los centros educativos.
Se trataba de un proyecto que perseguía fundamentalmente paliar los efectos negativos de la LOMCE y potenciar la inclusividad, calidad y equidad. Un valioso proyecto heredado del período 2003-2011, en el que hundía sus raíces.
Un proyecto que ponía al alumnado en el centro del sistema educativo; que propiciaba el liderazgo pedagógico de los centros; que quería potenciar un currículum más integral y globalizado a través de los proyectos de innovación; que apostaba por la educación temprana; por impulsar y descentralizar la formación permanente del profesorado; por racionalizar los tiempos escolares con la implantación de un nuevo modelo de calendario escolar… En definitiva, un proyecto que buscaba el éxito educativo para todo el alumnado.
En resumen, en 2015 se puso al servicio de toda la comunidad educativa, un sólido proyecto educativo para mejorar la educación de Cantabria.
Junto a ello, entre 2015 y 2017, se potenciaron la reflexión conjunta y el diálogo de toda la comunidad educativa desde el Consejo Escolar de Cantabria, en busca de un acuerdo por la educación. Un consenso educativo necesario, que se consigue tras dos cursos escolares de trabajo, de diálogo informado y de voluntad de acuerdo por parte de todos los sectores de la comunidad educativa representados en el Consejo. Un acuerdo único en el Estado por sus características, por sus medidas, por su profundidad, por su unanimidad.
Sin embargo, en la segunda mitad de la legislatura, a pesar de que la responsabilidad de dirigir la educación corresponde al mismo partido político, se pierde el impulso existente, se desdibuja el proyecto educativo y se difuminan las políticas educativas que se venían desarrollando con vigor; hasta el extremo de renunciar a la responsabilidad de la gestión educativa en esta nueva legislatura.
La administración educativa regionalista ha comenzado su andadura en 2019 reconociendo el valor del Acuerdo por la Educación en Cantabria y señalándolo como el norte de su gestión; manteniendo, asimismo, el nuevo modelo de calendario escolar. Una buena señal, que necesita dar los pasos necesarios para su desarrollo.
Así pues, para no conformarnos con los resultados de PISA 2018 y para continuar mejorando la educación de nuestra región, es necesario seguir contando con la implicación y profesionalidad del profesorado. Pero, además, es imprescindible activar e impulsar el pacto por la educación alcanzado. Necesitamos que, cuanto antes y de manera explícita, se presente a toda la sociedad de Cantabria un proyecto educativo, basado en el desarrollo pleno del Acuerdo por la Educación en Cantabria conseguido. Ello impulsará la educación de Cantabria de manera notable y seremos capaces de situarla al margen de los cambios políticos.
Sería bueno que mejoráramos los resultados en PISA 2021; pero sería magnífico que la educación de Cantabria tenga claro el camino para avanzar y lo haga con seguridad, con rumbo fijo, para alcanzar las cotas más altas posibles de inclusividad, calidad y equidad.