Durante once de años, desde 2008, he colgado en Rincón del Director innumerables entradas relacionadas con el mundo de la educación, en general, y con las noticias, actividades y eventos de singular importancia acaecidos en Decroly, además de otras con reflexiones y opiniones que afectan al sector, particularmente en el ámbito de la Formación Profesional
La reposición ordenada de esos posts es una iniciativa que surge con el ánimo de agrupar los contenidos publicados en distintas épocas y proponer una relectura serena sobre todos aquellos asuntos que forman parte e inciden en la vida académica y profesional de los distintos componentes de la comunidad educativa decroliana: alumnado, profesionales docentes y familias, principalmente.
Podremos comprobar que muchos de los temas tratados en el pasado siguen vigentes en la actualidad. Tal vez, el hecho de que nuestro Carácter Propio está impregnado de una sólida concepción vitalista de la educación y de la formación ayude a entender cómo su incidencia en el Proyecto Educativo, el Proyecto Curricular, la Programación General Anual y la Programación Didáctica de cada módulo formativo refleja un espíritu firme y determinante de trabajar por el desarrollo personal, emocional, social y científico-profesional de los alumnos acorde con los tiempos que les toca vivir en las distintas épocas de nuestra ya larga trayectoria profesional durante cuatro décadas.
En el argot educativo hablamos, a menudo, del “misalito”, por ejemplo, cuando hacemos alusión al documento que cada año publica la Consejería de Educación, Cultura y Deporte para aglutinar toda la oferta educativa de Cantabria en las enseñanzas no universitarias. Quizá no sea el símil más apropiado para el proyecto que hoy os presento, pero puede tener alguna semejanza, temática aparte.
Mi objetivo con este trabajo consiste en agrupar las entradas más relevantes desde el punto de vista pedagógico para que sirvan de orientación, reflexión y referencia al profesorado de Decroly y, en la medida que las circunstancias lo aconsejen, integrar esas premisas en la práctica docente cotidiana. Para lograrlo, voy colgar una selección de más menos CINCO entradas en cada uno de los bloques de esta sección de Apuntes de Educación. Si cuando inicies la lectura del primer post consigo atraer tu atención seguramente te “engancharás” y continuarás con el resto. Si no fuera así, me gustaría recibir tu feedback para reorientar este ilusionante proyecto de comunicación interna.
Ahora sí, sin más preámbulos, adjunto la entrega 2009 (II).
LA MISIÓN DE LOS CENTROS EDUCATIVOS Y EL PAPEL DEL PROFESOR EN LA SOCIEDAD PRESENTE Y FUTURA
16 de febrero de 2009
DECROLY Digital recoge un extracto de la presentación del Director de nuestro centro durante el desarrollo de la I Jornada de Formación Permanente del Profesorado de la Enseñanza Privada Concertada Desarrollo Profesional e Innovación Educativa.
Los centros educativos tenemos la responsabilidad de educar y formar a las presentes y futuras generaciones para hacer frente a los retos que la sociedad del conocimiento nos demanda ahora y nos exigirá en el futuro inmediato.
Es obvio que el papel del profesor en esta misión es absolutamente esencial. Ello no quiere decir que la escuela deba fijar su atención exclusivamente en el docente. Por supuesto, el alumno es el principal protagonista. Pero los docentes somos el conjunto de actores y actrices imprescindibles para el desarrollo de la película y para el lucimiento, en forma de obtención de un Goya, Grammy u Óscar del protagonista principal.
El perfil del maestro y del profesor del año 2009, nada tiene que ver con el requerido en los años 80, por ejemplo, del pasado siglo XX. Fijaos que hablamos del siglo pasado, pero fue ayer. En los años 80 no teníamos Internet, las redes sociales no habían aparecido, el fenómenos de la inmigración era prácticamente inexistente. Sin embargo, muchos de nosotros somos el resultado de aquel sistema educativo. Somos, también, por qué no decirlo, inmigrantes digitales frente a la pericia y destreza de los nativos digitales, nuestros alumnos, especialmente aquellos nacidos a partir de los años 90.
Los alumnos de entonces no tenían teléfono móvil, ni chateaban y por supuesto, no estaban en TUENTI. Hoy sí. Además el fenómeno de la multiculturalidad ha traído un colectivo diverso a la escuela con las dificultades añadidas que ello ha supuesto para maestros y profesores.
Al maestro de hoy la sociedad le exige estar a la altura de las circunstancias. Con la llegada del siglo XXI la sociedad ha experimentado transformaciones sin precedentes en un corto espacio de tiempo. El sistema educativo y, por tanto, los docentes no podemos ser ajenos a esa realidad. Por ello, más que en ninguna otra profesión, el concepto de FORMACIÓN PERMANENTE cobra un significado especial.
Pero la formación no solamente debe ir dirigida al fortalecimiento del conocimiento tecnológico de la materia o materias de las que somos especialistas. La formación del profesorado debe completar otras áreas de su perfil profesional que hoy en día demanda la sociedad en que nos toca vivir, y en el futuro, una exigencia incuestionable. ¿Imaginamos un docente de cualquier nivel educativo, desde infantil a bachillerato o formación profesional, que no recurra a Internet como recurso y herramienta aplicables a la educación y formación de sus alumnos?
El maestro, el profesor de hoy debe adquirir competencias en áreas tales como la convivencia en los centros educativos; la atención a la diversidad de sus discípulos; otras relacionadas con la aplicación de las tecnologías de la información y comunicación en los procesos educativos y también administrativos de los centros; en la implantación y desarrollo de buenas prácticas docentes. No adquirir esas competencias sumirá al profesorado en la obsolescencia profesional y el descrédito ante sus alumnos será paulatinamente mayor a medida que crecen esas mismas competencias en el propio alumnado.
El nuevo modelo de formación continua en las empresas adquiere una nueva dimensión con la publicación del Real Decreto 1046/2003, de 1 de agosto. La formación permanente del profesorado de la enseñanza privada concertada debe inspirarse, entre otros, en algunos hechos y documentos que añaden valor añadido a otras opciones formativas ya existentes. Permitidme, echar la vista atrás y enumerar unas citas relevantes relacionadas con la formación continua o formación permanente, ahora denominada, también, formación para el empleo.
Con carácter general, multisectorial, es relevante:
- Consejo Europeo de Lisboa de 23 y 24 de marzo de 2000.
Estableció un importante objetivo estratégico: antes de que concluya 2010 la Unión Europea tendrá que «convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social».
La Unión Europea acelera la transición hacia una economía y una sociedad basadas en el conocimiento, tal y como prevé la Estrategia de Lisboa, redoblando esfuerzos para adaptar sus sistemas de educación y formación en pos de la consecución del objetivo estratégico fijado.
Para que las personas puedan actuar en el mercado laboral en la economía el conocimiento, es necesario que su nivel de formación sea suficientemente elevado. El aprendizaje permanente es considerado como un pilar fundamental de la estrategia de empleo en una economía basada en el conocimiento.
- La entrada en vigor del Real Decreto 1046/2003, de 1 de agosto y la Orden TAS 500/2004 de 13 de febrero
Posibilitaron un nuevo modelo de formación continua en las empresas que progresivamente ha ido implantándose y afianzándose, gracias a la labor informativa, de asesoramiento y orientación llevada a cabo por instituciones públicas y privadas empeñadas en desarrollar e implementar la formación permanente de los trabajadores, entre las que DECROLY ha tenido un papel destacado.
- El Acuerdo de Formación Profesional para el Empleo, de 7 de febrero de 2006.
Suscrito por el Gobierno Español y las Organizaciones Empresariales y Sindicales fija el aprendizaje permanente en nuestro país, como un elemento fundamental no solo para la competitividad y el empleo, sino también para el desarrollo personal y profesional de los trabajadores.
En el ámbito del sector de la enseñanza privada adquieren una especial relevancia por su trascendencia:
- El VIII Convenio colectivo nacional de centros de enseñanza privada de régimen general o enseñanza reglada sin ningún nivel concertado o subvencionado, firmado el 15 de febrero de 2006.
Recoge en su artículo 66 un complemento de desarrollo profesional que se devengará por la formación y conocimientos adquiridos en un período de 5 años, siempre que dicha formación sea organizada por la empresa o expresamente autorizada por la misma. Así:
100 horas de formación para el personal docente del grupo I
40 horas de formación para el personal no docente del grupo I
40 horas de formación para el personal de administración del grupo II
15 horas de formación para el personal de servicios generales del grupo III
- El Acuerdo entre la Consejería de Educación y las organizaciones empresariales y sindicales del sector de la enseñanza privada concertada para la revisión de las dotaciones de los centros concertados y sobre otros aspectos, de 14 de enero de 2008.
A efectos de sexenios, la formación permanente de los profesores de la enseñanza concertada deberá estar reconocida por la Unidad Técnica de Evaluación y Acreditación a la entidad proveedora, a DECROLY en este caso. Los profesores deberán tener presente el número de horas de formación necesarias para que su sexenio adquiera eficacia económica.
El sistema educativo en Cantabria se sustenta fundamentalmente en dos referentes normativos:
- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación
Es una norma básica de aplicación en todo el estado español y por tanto nos afecta en su totalidad y, por tanto también, en el papel de los centros educativos y su profesorado, incluyendo el desarrollo profesional y formación permanente de todos ellos.
- Ley de Cantabria 6/2008, de 26 de diciembre, de Educación de Cantabria
El martes 30 de diciembre de 2008, el Boletín Oficial de Cantabria publicó la Ley que regula el sistema educativo de nuestra Comunidad Autónoma que establece como su objetivo principal el alcanzar el éxito educativo de todo el alumnado.
La Ley de Educación de Cantabria presta una especial atención a las nuevas demandas de la sociedad, en el marco normativo de la LOE, teniendo presente tanto los Objetivos Europeos establecidos en la Agenda de Lisboa 2010 como los resultados de la evaluaciones realizadas, no solamente en el ámbito regional, sino también en el estatal y europeo.
La Ley define aquellos principios fundamentales que la orientan. Uno de ellos, la autonomía y la participación, representa un principio de considerable importancia. El sistema educativo se enfrenta al desafío de formar ciudadanos para una sociedad distinta y cambiante en progresión geométrica. Debemos formar personas autónomas, con espíritu crítico, capaces de innovar, trabajar en equipo, participativas, tolerantes, con iniciativa y espíritu emprendedor. Este principio debe sustentarse en un profesorado que disponga de autonomía responsable para seleccionar contenidos y aplicar metodologías acordes con las características de los ciudadanos en cada momento histórico y muestre una actitud favorable para consolidar una cultura de centro participativa y colaborativa en ámbitos como reflexionar, contrastar puntos de vista, adoptar decisiones y, sobre todo, revisar la práctica docente y educativa. En definitiva, un sistema que tenga como referentes la calidad y la mejora continúas del servicio educativo que proporcionamos a nuestros ciudadanos en los diferentes estadios de su vida: desde el primer ciclo de educación infantil hasta la última etapa cronológica de su vida profesional y biológica a través de la formación permanente.
El referente de calidad y éxito educativo pasa por un profesorado bien formado en lo científico y pedagógico. Ello exige una evolución permanente en la práctica docente acorde con la evolución y exigencias de la sociedad y de los ciudadanos a los que nos corresponde la responsabilidad de formar. Por ello, en las líneas fijadas por el Consejo Europeo de Lisboa de 23 y 24 de marzo de 2000, en normativas de rango estatal anteriormente citadas y otras sectoriales como el convenio colectivo o el Acuerdo entre la Consejería de Educación y las organizaciones empresariales y sindicales de 14 de enero de 2008, la formación permanente del profesorado se convierte en un derecho y un deber, a la vez, que contribuye al desarrollo personal, social y profesional del profesorado, a la calidad del servicio educativo que proporcionan los centros y, por ende, al éxito educativo de los alumnos como muy acertadamente establece la recientemente publicada Ley de Educación de Cantabria.
La formación permanente del profesorado forma parte del carácter propio y del proyecto educativo del centro y adquiere una relevancia estratégica de primer nivel. Diseñar un itinerario formativo, un plan de formación continua pare el profesorado ya no es una conveniencia más o menos interesante, es una necesidad, una obligación, por otra parte fijada en la normativa laboral cual es el Convenio colectivo sectorial.
Un ámbito en el que debemos incidir especialmente en materia de formación del profesorado es el de las TIC –Tecnologías de la Información y comunicación-. El impacto de las TIC en la educación ha transformado las metodologías y las herramientas de trabajo de los profesionales de la educación y formación.
Las TIC invaden nuestras vidas, las de los adultos y las de los más jóvenes. Ignorar esta afirmación sería no reconocer evidencias que se plasman en un sin fin de eventos de manera incontestable.
Sí quiero mencionar, y por qué están en la escuela, que las TIC son una herramienta cotidiana que todos los docentes usan en mayor o menor grado. Es conocido que un alto porcentaje de aquellos maestros y profesores en la horquilla de 45 a 60 años están “reñidos” con las TIC. Pero no es menos cierto que desde los centros hacemos esfuerzos permanentes para su progresiva integración.
Ello no excluye a otras horquillas de edad del profesorado. Por eso la formación en TIC debe ser un paso inaplazable para su integración curricular. El Plan Regional de Formación Permanente del Profesorado promovido por la Consejería da a la integración curricular de las TIC una gran relevancia para 2009 y, en base a ello, DECROLY ha propuesto y obtenido de la Unidad Técnica de Evaluación y Acreditación el reconocimiento de 12 cursos en esa área.
La sociedad de hoy demanda un perfil de ciudadano. Podemos igualmente atisbar el perfil del ciudadano del futuro inmediato. El papel del profesor en esta sociedad de hoy y en la que nos tocará vivir exige un prototipo de escuela y de profesorado. Es muy complicado definir objetivamente la misión de la institución educativa y la de sus protagonistas los profesionales de la educación. Pero si podemos sintetizar algunas características que, en el caso de los docentes, parece imprescindible poseer en su perfil profesional: Una sólida formación académica inicial; una convicción en que la formación continua es un requisito imprescindible de calidad de la práctica docente; una capacidad para trabajar en equipo; aptitudes de liderazgo; espíritu emprendedor; ser comunicativo, tolerante, creativo e innovador; conciliador y capaz de resolver conflictos; familiarizado con las TIC y capaz de integrarlas en la diaria práctica docente.
Solamente la integración de un plan de formación permanente del profesorado permitirá adquirir las competencias profesionales científicas y metodológicas que nos conduzcan a la excelencia profesional y al éxito educativo.
No quiero terminar esta presentación sin aludir someramente al nuevo modelo de formación continua en las empresas, también en las empresas educativas, al amparo de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, auspiciado por primera ver por el citado Real Decreto 1046/2003, de 1 de agosto.
Y finalmente, para concluir, recomiendo considerar el Plan de formación permanente del profesorado, reconocido a DECROLY por la Consejería de Educación, que marca un hito en el modelo de formación continua en el sector de la Enseñanza Privada y que ha sido publicado recientemente y enviado a todos los centros educativos de Cantabria. En este sentido, no quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer a las autoridades educativas de la Consejería de Educación la información, orientación y el apoyo recibido para sacar adelante este proyecto.
EL PARLAMENTO APRUEBA LA PRIMERA LEY DE EDUCACIÓN DE CANTABRIA
26 de enero de 2009
El martes 30 de diciembre de 2008, el Boletín Oficial de Cantabria publicó la Ley de Cantabria 6/2008, de 26 de diciembre, de Educación de Cantabria. La Ley regula el sistema educativo de nuestra comunidad Autónoma y su objetivo principal consiste en alcanzar el éxito educativo de todo el alumnado. En esa misión DECROLY aporta su granito de arena con su participación en el sistema en el ámbito de la formación profesional inicial y para el empleo.
El periódico profesional ESCUELA recoge, en su número 3.811 de 15 de enero de 2009, la noticia y hace referencia al modelo educativo y sus principios, a su objetivo principal –el éxito educativo de todo el alumnado- y a la estructura de la misma. A su vez, ESCUELA dedica un editorial a la Ley de Educación de Cantabria en el que resalta los logros conseguidos por la Comunidad Autónoma en materia de Educación. La aprobación de la Ley tuvo una gran repercusión en la región en círculos académicos y sociales.
La Ley de Educación de Cantabria presta una especial atención a las nuevas demandas de la sociedad, en el marco normativo de la LOE, teniendo presente tanto los Objetivos Europeos establecidos en la Agenda de Lisboa 2010 como los resultados de la evaluaciones realizadas, no solamente en el ámbito regional, sino también en el estatal y europeo.
La Ley de Educación de Cantabria nace sin el consenso de las fuerzas políticas parlamentarias. Debe, sin embargo, afrontar los apasionantes retos a los que nos enfrentamos en estos momentos y en el futuro inmediato de este siglo XXI en el que los cambios económicos y sociales nos impactan a los ciudadanos con una contundencia jamás conocida. La globalización, Internet, la aparición de las redes sociales, el fenómeno del terrorismo, el cambio climático, la crisis económica, etc. nos exigen al sistema educativo soluciones imaginativas, creativas e innovadoras para nuestros ciudadanos ahora y a lo largo de su vida.
Cantabria, a través de la administración educativa, ha elegido un modelo que deberá someterse con flexibilidad a los cambios constantes y permanentes de la sociedad en todos sus ámbitos. Sin embargo, bueno es que la Ley defina aquellos principios fundamentales que la orientan.
Un primer principio establece la equidad y la justicia social. El Sistema Educativo de Cantabria ofrece a todos los ciudadanos la igualdad de oportunidades para que cada persona pueda lograr el máximo en su desarrollo personal, social y profesional. En consonancia con lo establecido por la Unión Europea, declarando al 2007 como el Año de la Igualdad de Oportunidades, Cantabria introduce en su primera Ley de Educación este principio esencial asumido en todas las sociedades de nuestro entorno.
La autonomía y la participación representan un segundo principio de considerable importancia. El sistema educativo se enfrenta al desafío de formar ciudadanos para una sociedad distinta y cambiante en progresión geométrica. Debemos formar personas autónomas, con espíritu crítico, capaces de innovar, trabajar en equipo, participativas, tolerantes, con iniciativa y espíritu emprendedor. Este principio debe sustentarse en un profesorado que disponga de autonomía responsable para seleccionar contenidos y aplicar metodologías acordes con las características de los ciudadanos en cada momento histórico; muestre una actitud favorable para consolidar una cultura de centro participativa y colaborativa en ámbitos como reflexionar, contrastar puntos de vista, tomar decisiones, adoptar puntos de vista y, sobre todo, revisar la práctica docente y educativa. En definitiva, un sistema que tenga como referentes la calidad y la mejora continua del servicio educativo que proporcionamos a nuestros ciudadanos en los diferentes estadios de su vida: desde el primer ciclo de educación infantil hasta la última etapa cronológica de su vida profesional y biológica a través de la formación permanente.
La equidad representa el tercer principio en el que se sustenta la Ley de Educación de Cantabria y, en definitiva, el modelo educativo que propone. Al compromiso social que debe presidir este principio, el sistema educativo de Cantabria incorpora con esta Ley una actuación permanente en el ámbito de un desarrollo de habilidades y competencias transversales de convivencia y ciudadanía para contribuir a su establecimiento cotidiano a nivel familiar, social y profesional.
El cuarto principio hace referencia a la responsabilidad y control democrático. El sistema educativo debe entenderse como un todo. Por ello, en lo referente a la responsabilidad, afecta a todos los agentes que intervienen en el proceso educativo: administración educativa, alumnos, profesores y familias. En mi opinión, la sociedad cántabra debe realizar un gran esfuerzo de meditación y reflexión sobre el papel de cada uno de ellos. Aquí reside una gran parte del éxito o del fracaso. Un trabajo coordinado y responsable, en el que cada parte contribuye con lo que se espera de ella, conducirá al éxito personal y profesional, en su caso. De lo contrario, el resultado será insatisfactorio con consecuencias perniciosas, no solamente en el ámbito personal, que de suyo es suficientemente grave, sino también con trascendencia en el empleo y desarrollo profesional de los ciudadanos. Por ello es imprescindible no solamente un compromiso, sino también un marco de actuación que establezca claramente las reglas del juego y las exigencias y límites a los que debemos enfrentarnos. Un instrumento básico será el control democrático de la calidad que deberá depurar las prácticas inadecuadas del modelo allí donde se produzcan.
Cuando uno se aproxima a cuarenta años de vida profesional adquiere una perspectiva con cierto grado de fiabilidad. La Ley de Educación de Cantabria forma parte de nuestro ordenamiento jurídico. Ahí está y debemos asumirla. Sin embargo, en este momento no quiero dejar pasar la oportunidad para afirmar que al margen de tantas y tantas circunstancias que rodean al hecho educativo, si tenemos un buen profesor, seguramente tenemos garantizado un 90% del éxito educativo, en lo personal y en lo profesional.
Pero, ¿Qué es un buen profesor? Ésa es la cuestión. Ése es el tema. Pongamos “el cascabel al gato”. Jocosidades aparte, en mi opinión, Cantabria debe hacer una seria reflexión sobre el perfil y rol del profesor del siglo XXI; del profesor de la era digital, al decir de algunos. Para ello aporto algunas sugerencias: definir la formación inicial del profesorado en el ámbito científico y pedagógico; establecer una formación permanente a lo largo de toda la vida, priorizada en función del rol a desempeñar en cada momento; posibilitar una carrera docente por grados, con el tratamiento retributivo y funcional que en cada momento proceda; definir el amplísimo ámbito funcional del profesorado; dotar a las instituciones educativas de los recursos humanos necesarios, en forma de técnicos y profesionales de apoyo necesarios para mejorar la función docente y social de los profesores; revisar el sistema de adjudicaciones de plaza y de acceso a la docencia; evaluar la práctica docente en función de objetivos y resultados; reconvertir a los inadaptados; en definitiva, reflexionar y actuar en función de todos los agentes que intervienen en el sistema educativo, poniendo el punto de mira en el aprendizaje del alumno. Todos los demás somos un mero instrumento a disposición del alumno para alcanzar los objetivos de cada etapa.
En DECROLY somos conscientes de nuestra misión y de nuestra contribución al Sistema Educativo de Cantabria. Tenemos ilusión y vocación. En nuestro sencillo Plan Estratégico hemos establecido claramente que la formación permanente del profesorado y PAS es un instrumento imprescindible de calidad y de mejora continua del servicio educativo que proporcionamos. Hemos implantado, durante años, una cultura favorecedora de la creatividad e innovación permanente dentro de un entorno multicultural, en razón del tipo de alumnado que tenemos. Hemos, asimismo, fomentado la igualdad de oportunidades para todos sin discriminación alguna por razones de género, nacionalidad, estatus económico, ideología religiosa, ideología política o cualquier otra.
También, quiero resaltar en este momento la contribución de toda la comunidad educativa: familias, alumnos, profesores, PAS en el fomento del europeismo como práctica habitual en nuestra diaria actividad. Participamos en programas Leonardo da Vinci, a través de proyectos de Transferencia de Innovación; nuestros alumnos realizarán su módulo de FCT –Formación en Centros de Trabajo- durante DIEZ semanas en el Reino Unido, a través de las becas ERASMUS; nuestro profesorado participa en proyectos de movilidad con Lituania, –Panevezys College- en el ámbito del programa ERASMUS; Grundtvig es otro programa en el que han sido aceptados profesores para realizar cursos en Italia e Irlanda; hemos participado en cuatro study visits de CEDEFOP, en los últimos 8 años.
Finalmente, me permito introducir un elemento de optimismo, de confianza en el sistema, a pesar de la falta de consenso político para sacar adelante esta Ley. Los docentes, a los que he calificado anteriormente como el referente esencial para el éxito educativo, no vamos a fallar. La inmensa mayoría de este colectivo estamos comprometidos con la sociedad, con las familias, con nuestros alumnos. Por eso, porque creemos en nosotros mismos, en DECROLY concretamente vamos a seguir trabajando por la calidad y la mejora continua, por la dimensión europea de la educación, por la capacitación profesional por competencias, por la igualdad de oportunidades, por la tolerancia, por todos aquellos valores que defendemos y que recogemos en nuestro proyecto educativo.
Porque si no lo CREO no lo veo; porque creemos, lo vemos, lo lograremos en beneficio de nuestros alumnos. Todos juntos, podemos
LOS NUEVOS TÍTULOS DE FORMACIÓN PROFESIONAL Y SU REPERCUSIÓN EN
LOS SECTORES PRODUCTIVOS DE CANTABRIA
26 de enero de 2009
La Directora General de Formación Profesional y Educación Permanente, Mª Jesús Reimat Burgués, hizo público la organización por la Consejería de Educación de las II Jornadas institucionales de Formación Profesional en Cantabria. Estas jornadas se enmarcan dentro del Plan Regional de Formación Permanente del Profesorado y se celebrarán los días 3 y 4 de febrero en la sede del Conservatorio de Música “Jesús de Monasterio” de Santander.
Las II Jornadas institucionales de Formación Profesional en Cantabria están dirigidas a los equipos directivos y profesorado de formación profesional de los centros. La Consejería recomienda la participación de, al menos, un miembro del equipo directivo y de los jefes de departamento o coordinadores de área de las distintas familias profesiones. La inscripción deberá realizarse en el CIEFP de Santander, a través de su página web www.ciefp-santander.org. La participación en esta Jornada se certificará con un crédito de formación.
La Jornada será inaugurada el martes día 3 por la Vicepresidenta del Gobierno de Cantabria Dolores Gorostiaga Sáiz y por la Consejera de Educación Rosa Eva Tezanos.
El Director General de Formación Profesional del Ministerio de Educación Política Social y Deporte (MEPSYD) Miguel Soler Gracia abrirá la Jornada y presentará la ponencia titulada: Situación actual y futuro de la Formación Profesional. Hoja de ruta.
Más tarde, Soledad Iglesias Jiménez, Subdirectora General de Orientación y Formación Profesional del MEPSYD, intervendrá con la presentación titulada Marco Normativo de la Formación Profesional. Referente europeo y nacional. La FP y el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Ya por la tarde, el Director del Instituto Nacional de las Cualificaciones, Rafael Rodríguez de la Cruz presentará la ponencia: Análisis de las cualificaciones profesionales: competencia general; unidades de competencia; realizaciones y criterios de realización; contexto profesional.
La última sesión del martes se cerrará con la intervención de Rosario Esteban Blasco, Jefa de Área de la Subdirección General de Orientación y Formación Profesional del MEPSYD. Su ponencia versará sobre Instrumentos Europeos: EQF, ECVET, Europass, redes de calidad y de la orientación.
El miércoles 4, abre la sesión de la mañana Antonio Gil González, Jefe de Área de la Subdirección General de Orientación y Formación Profesional del MEPSYD. Su conferencia se denomina Los Títulos de FP en la LOE y su concreción curricular. Elaboración y estructura.
Posteriormente una Mesa Redonda con participación de los representantes de las organizaciones sindicales, empresariales y de la administración laboral y educativa analizará el tema La Formación Profesional: clave para el empleo.
Los retos de la economía de Cantabria y la formación profesional es el nombre de la ponencia de Patricio Pérez González, Profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad De Cantabria.
Las II Jornadas institucionales de Formación Profesional en Cantabria serán clausuradas por la Consejera de Educación Rosa Eva Díaz Tezanos.
DECROLY participa en esta Jornada con una delegación de la que formarán parte el equipo directivos y los coordinadores de departamento de las familias profesionales autorizadas. Asimismo, y desde este foro hago una llamada a cuantos profesores puedan participar, siquiera parcialmente para contribuir al éxito de la Jornada y para recoger, de primera mano, los frutos de una participación colectiva en una Jornada que clarificará, estoy seguro, el presente y futuro de la nueva formación profesional.
EDUCACIÓN Y TRABAJO ANUNCIAN UN PLAN PARA MODERNIZAR LA FP
9 de enero de 2009
El diario El País publica, en su edición escrita del domingo 6 de enero, un reportaje – La crisis devuelve a la FP su dignidad – del máximo interés para la ciudadanía en general y para quienes trabajamos en la formación profesional, en particular. J.A. Aunión desgrana en su escrito los avatares históricos por los que ha pasado la formación profesional y manifiesta que “Los recelos entre Educación y Trabajo atascaron una reforma pendiente desde los noventa – 13 millones de trabajadores sin cualificación requieren una vía para validar sus conocimientos”. DECROLY Digital valora muy positivamente este trabajo y el acierto de su publicación. Por ello lo transcribe íntegramente, a continuación.
“Francia y Reino Unido llevaron a cabo hace 30 años los primeros intentos en Europa para acreditar oficialmente lo que sabían hacer sus trabajadores gracias a su experiencia laboral. En España, aunque varias comunidades se han adelantado al Gobierno, algunas de forma experimental y cada una a su manera, el decreto que regule eso mismo en toda España llegará en 2009, después de una génesis normativa que se remonta a 1993. Si se echa un vistazo a la hemeroteca, da la impresión de que la formación profesional (FP) es eso que siempre está pendiente de ser dignificado y que sólo cobra importancia pública cuando llegan las vacas flacas económicas. Como ahora.
Así que esa acreditación de la experiencia profesional de la que se empezó a hablar en España a principios de los noventa, vuelve a ocupar puestos importantes en la agenda política. Y junto a ello, el anuncio de un plan para modernizar la FP y para coordinar y vincular de una vez la FP reglada (la de los institutos de secundaria, que conduce a un título educativo) y la formación continua y ocupacional (los cursos que dan un certificado profesional expedido por Trabajo). Será un plan que conecte los dos sistemas con un tronco común (es decir, que se parezca lo que se enseña por una vía y por otra), y permita a estudiantes y trabajadores saltar de uno a otro, sumando siempre, algo que también está en los papeles oficiales desde 1993.
Ante estos precedentes, que pasaron a través de Gobiernos del PSOE y del PP, cabría expresar poco más que desaliento, de no ser porque, por primera vez, los ministros de Educación, Mercedes Cabrera, y de Trabajo, Celestino Corbacho, están juntos presentando una hoja de ruta para la formación. ¿Por qué es tan importante que se hagan fotografías juntos? Porque el culpable más repetido de ese atasco durante tantos años es la falta de un trabajo conjunto de ambas carteras, que se han resistido a ver trastocadas sus cuotas de poder. Si los educadores no se fiaban de la formación que dan empresas y sindicatos, éstos se reían de la desconexión entre lo que se enseña en la FP educativa y lo que hace falta saber para desarrollar un oficio. Algunos sindicalistas también hacen autocrítica, y dicen que la oferta de formación para el trabajo sigue esquemas de hace 15 años. El caso es que ha habido recelos, desconfianza y estructuras difíciles de mover.
Pero ahora están juntos, y Trabajo, Educación, empresarios y sindicatos parecen ilusionados. Aunque lo que queda tampoco será fácil. Por ejemplo, ese decreto de reconocimiento de la experiencia profesional, cuyo primer borrador data de mayo de 2006, implica que la Administración se desprenda, al menos en parte, del monopolio absoluto en la enseñanza y la formación. No se trata, en ningún caso, de que alguien consiga sin más un título de FP o un certificado de profesionalidad, sino de reconocer oficialmente lo que se ha aprendido a hacer trabajando, que coincidirá efectivamente con una parte, más grande o más pequeña, de lo que se aprende a hacer cursando uno de esos títulos. Así, en cualquier caso, el trabajador tendrá que estudiar para completar el diploma.
Para el profesor de la Complutense Francisco de Asís Blas, no se deberían enfocar esos reconocimientos oficiales sólo como un medio para conseguir un título. “¿A un trabajador de 30, 35, 40 o 45 años conseguir un título de FP o un certificado de profesionalidad es lo que más le interesa? Sinceramente, yo creo que no; creo que lo que le interesa es que se le valide o acredite la cualificación profesional que ha adquirido mediante su experiencia, no sólo para que se le reconozca a efectos salariales, sino también -y esto no es irrelevante- para que se sienta motivado a incrementar su cualificación, realizando programas de formación continua”. Además, los empresarios tendrían que reconocer en los convenios esas acreditaciones, algo que también dificulta el cambio en la parte patronal, explica el profesor de la Universidad de Barcelona Rafael Merino.
En cualquier caso, las cifras en la media docena de comunidades que ya aplican sistemas parecidos son modestas. En el País Vasco sólo se han apuntado 2.180 trabajadores entre 2004 y 2007, de los que sólo se acreditaron 1.424. En Cataluña, se han acreditado 2.447 desde 2003 y en Galicia se han presentado unos 600 a tres convocatorias. Aunque multiplicáramos por 17 comunidades las cifras más altas, las de Cataluña, el resultado (saldrían unos 14.000 al año) quedaría incluso ridículo frente a los 13 millones de trabajadores españoles que no cuentan con ningún tipo de cualificación profesional oficial y que han sido señalados como objetivo por los responsables ministeriales. Incluso si nos basamos en la previsión del Gobierno para las primeras convocatorias (ya con la normativa estatal), a partir de 2009 serían unos 80.000, vinculados sobre todo a sectores emergentes como la educación infantil o la Ley de Dependencia.
Así, con prevenciones sobre euforias, sí puede servir este proceso, en el contexto actual de crisis y pérdida de empleo, para que ese enorme grupo de jóvenes que dejaron de estudiar después de la ESO (un 31%), se anime a retomar su formación en FP si tiene el incentivo de ver convalidada una parte del título. Al menos eso es lo que espera el Gobierno, cuyo objetivo es atraer esta legislatura a 200.000 alumnos más a la FP de grado medio (al escalón siguiente, la de grado superior, se accede desde el bachillerato) para atenuar uno de los puntos más negros del sistema educativo, y que dibuja una pirámide deforme en la que los grupos más numerosos de la población activa son los que no tienen ningún título profesional (60%) y los que tienen el máximo, que da la universidad (12%).
Las convalidaciones, los puentes entre las distintas formaciones (de la enseñanza básica a la FP, de ahí a la universidad, de cualquiera de ellos a las acreditaciones que da Trabajo…), son fundamentales en la estrategia del Gobierno, cuenta la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia. Y en el centro de esa estrategia están los programas de cualificación profesional inicial (PCPI), de los que se quieren ofrecer 80.000 plazas en 2010.
Estos programas son la revisión de la antigua garantía social que consistía en recoger a los chavales que ya se habían dado por perdidos en el sistema educativo para tratar de que salieran al mercado con, al menos, los rudimentos de un oficio. Desde este año, los PCPI darán un certificado de profesionalidad de nivel 1, el más bajo, pero un papel al fin y al cabo, de los que concede el Ministerio de Trabajo. Además, estudiando unos módulos opcionales, podrán sacarse también el título de ESO, aunque quizá lo más importante es que sin ellos también podrán seguir estudiando en la FP de grado medio -ahora mismo se está estudiando el procedimiento para facilitar ese paso-.
Estos chavales -ya hay 48.000 alumnos de PCPI este curso- son los que estrenan además la otra pata de toda esta reforma, el sistema nacional de las cualificaciones, es decir, ese tronco común para que lo que se estudie en formación profesional a través de Educación o de Trabajo esté basado en lo mismo. El sistema consiste en describir lo que debe saber hacer, por ejemplo, un electricista, un hostelero. Cada una de las cualificaciones se divide a su vez en tareas más pequeñas (las unidades de competencia) que es lo que se evalúa en las acreditaciones y lo que se debe enseñar en cada asignatura de la FP y en cada certificado de profesionalidad.
En eso consiste el cambio, en tener un esqueleto común que permita saltar de uno a otro y anime a seguir formándose (como decía De Asís Blas, es probable que los jóvenes elijan la vía educativa y los mayores la formación continua) donde más le convenga al estudiante o al trabajador.
Ya se han definido unas 600 cualificaciones y ahora falta otro centenar, explica Francisca Arbizu, recientemente destituida como directora del Instituto Nacional de las Cualificaciones. Pero el número que hay, hecho en colaboración con sindicatos y empresas, es suficiente para echar a rodar, aseguraba Arbizu.
Ahora lo que hay que hacer es que empiecen a funcionar los títulos de FP basados en esas cualificaciones, algunos de los cuales ya están aprobados (aunque hay quien se queja de que no están bien hechos y que todavía se ponen trabas, por descuido o interesadamente, a una convalidación clara con el resto del sistema). También se tiene que reordenar y dar contenido a la oferta de formación ocupacional. “Tenemos una oferta hecha con parámetros de hace 15 años”, dice Teresa Muñoz, de UGT. Pero, sobre todo, la formación continua: entre los cursos de la oferta estatal de 2006, un tercio eran de informática básica (Word, Excel…), otro 9,2% de prevención de riesgos laborales y un 8,7% de idiomas. Cosas que están muy bien, pero que apenas aportan un verdadero engorde formativo de los trabajadores en su campo.
Pero hará falta dinero para todo esto. Y en tiempos de crisis… “Yo creo que aprovechando bien los recursos que hay ahora mismo se puede hacer; por lo menos, empezar”, asegura Teresa Muñoz. Se refiere a que todo el sistema de formación para el trabajo lo mantienen con impuestos específicos a trabajadores y empresarios y en 2009 habrá 2.287 millones de euros. En el otro costado, el presupuesto del Ministerio de Educación para FP crecerá en 2009 hasta los 40 millones de euros -hace poco se repartieron seis entre las comunidades para la promoción de la FP-, pero la mayor parte se lo comerán las nuevas becas para que chavales sin estudios retomen su formación trabajando media jornada. Además, la mayor parte del gasto en esta parte educativa corresponde a las comunidades autónomas y ese dinero no está segregado del que se destina para toda la educación secundaria.
Y el dinero hace falta, como mínimo, para montar en condiciones lo que para muchos es uno de los pilares de la reforma, los servicios de orientación para que el estudiante o trabajador tenga una imagen completa de por dónde puede tirar: que llegue allí, diga qué sabe hacer y qué títulos o certificados tiene y que el orientador le indique el mejor camino.
Una larga historia
- Se crea el Consejo General de Formación Profesional, donde están Educación, Trabajo, sindicatos y patronales.
- Educación presenta un proyecto que ya habla de una integración mayor entre la formación profesional reglada y la no reglada.
- La ley educativa LOGSE dice que una parte de las pruebas para acceder a un título de FP puede quedar exenta en función de la experiencia laboral.
- El programa nacional de formación profesional habla de crear un sistema nacional de cualificaciones y de establecer el sistema para convalidar lo aprendido en los títulos de FP, los certificados de profesionalidad y la experiencia laboral.
- Un año después del segundo plan de FP, se crea el Instituto Nacional de las Cualificaciones con el objetivo de proponer el establecimiento y la gestión del Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales, establecer criterios para definir los requisitos y características de las nuevas y sugerir un sistema de acreditación y reconocimiento profesional.
- La ley de las cualificaciones y la formación profesional vuelve a recoger el tema de la acreditación y de las correspondencias. También habla de los centros integrados con todas las opciones de formación.
- Al sistema de las cualificaciones le faltan alrededor de 100 para estar completo. Se promete el decreto de acreditación de la experiencia laboral (proceso del que ya hay experiencias en seis comunidades autónomas) y un impulso de la formación”.