Como un puente sobre aguas turbulentas

Así podríamos denominar al escenario presente, y el que se avecina en un próximo futuro, de la empleabilidad de los jóvenes

Los hombres y mujeres del siglo XXI vivimos en  un contexto mundial globalizado, competitivo y fuertemente condicionado por la eclosión e impacto simultáneo de un sinfín de herramientas, artilugios y dispositivos tecnológicos que ya inciden notablemente en la vida cotidiana de las personas. Esta circunstancia se manifiesta, asimismo, en el ámbito de la economía impulsada por lo que algunos expertos denominan la cuarta –incluso quinta- generación industrial. Entornos multiculturales, plurilingües, de confesiones religiosas diversas –muchas, beligerantes y excluyentes- multirraciales y multiétnicos forman parte de nuestras vidas cotidianas. La diversidad, en el más amplio significado del término, ha llegado para quedarse. Ese es el medio que forma parte ya de la realidad socioeconómica de todos nosotros.

La sociedad, a nivel mundial, se ha instalado en un proceso imparable de cambio y transformación sin precedentes. En su consecuencia, la realidad del nuevo contexto internacional está modificando, a velocidad de vértigo, ancestrales comportamientos vitales de las personas así como los procesos de organización, producción, comercialización, gestión de los recursos humanos, dirección y desarrollo de las empresas, entre otros. Ese nuevo paradigma remueve, sin contemplación alguna, los más sólidos pilares de una cultura convencional, caracterizada por un cierto grado de inmovilismo y continuismo.

El título de esta entrada me lo inspiró Puente sobre aguas turbulentasBridge over troubled waters-, una canción de los años 70´escrita por Paul Simon y cantada por Art Garfunkel. Su gran impacto internacional no pasó desapercibido en España y, puedo asegurar, porque yo estaba allí, que despertó pasiones desenfrenadas en muchos jóvenes de mi generación hasta convertirla en un himno a la solidaridad y a la concordia. De hecho, tengo que reconocer, su letra me suscitó siempre sentimientos y comportamientos de cooperación facilitadores de la ayuda a los más débiles y necesitados. Hoy me sirve, también, para llamar la atención de las dificultades, pero también de las oportunidades, que la compleja realidad socioeconómica nacional e internacional brinda a todos los ciudadanos.

Volviendo al título y a la entradilla de este post quiero presentar unas reflexiones sobre la empleabilidad de los jóvenes, particularmente, ante el entorno laboral que se avecina, del que ya conocemos sus primeras connotaciones. En primer lugar, en clave local-nacional (España), conviene echar una ojeada al tejido empresarial de nuestro país. Según distintos informes publicados en la prensa digital este mes de julio, la foto finish de las empresas españolas muestra algún elemento sustancial a tener en cuenta a la hora de contemplar el futuro contexto laboral en España. También, es preciso considerar el perfil de los Millennials y, más particularmente, de los Postmillennials, una generación llamada a integrarse y renovar la mayor parte de las plantillas, de la fuerza laboral de las compañías, en los próximos años.

Algunas cifras sobre las empresas españolas y de Cantabria

Un primer dato, referido al tamaño de las entidades empresariales, condiciona sustancialmente las características y calidad del empleo. Según publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), en relación con la realidad de mayo de 2017, existe en nuestro país un censo de 3,2 millones de empresas en el régimen general, en cifra redondeada. Su tipología y número de empleados se sustancia en:

-El 55,3% de esos 3,2 millones de compañías, es decir, 1.769.600, ¡no tiene asalariados!
-El 38% del restante 1.500.000 en números redondos, es decir, 577.756, ¡solamente tienen UN empleado!
-El 94% del conjunto de las corporaciones españolas que conforman el censo a 31 de mayo, las denominadas microempresas, tienen menos de 10 trabajadores.

Por otro lado, las cifras de empleo y paro en España a 30 de junio de 2017 se sitúan en 18.433.107 los cotizantes y 3.362.811 las personas desempleadas. En este dato de empleo se incluyen, también, los trabajadores autónomos del Régimen General, los del Régimen Especial del Mar y los de Minería y Carbón que suman un total de 3.307.388 trabajadoras.

Merece ser destacado, también, que a nivel estatal el 40,5% del empleo se concentra en microempresas; es decir, 7.465.408 personas trabajadoras.

En Cantabria, el total de empleados en régimen general es de 167.420 trabajadores. Los autónomos ascienden a 42.186 personas y en el Régimen Especial del Mar 1.411. Todos sumados ascienden a 211.018 ciudadanos. Las personas desempleadas se sitúan en 38.791 hombres y mujeres, a 30 de junio de 2017

Esta recopilación de datos solamente pretende dar a conocer una situación objetiva de la estructura productiva española de cara a las expectativas de los jóvenes ante un próximo futuro profesional. La realidad empresarial es la que es; no podemos soslayar evidencias absolutamente constatables, publicadas recientemente por el (INE).

Los alumnos y graduados en Decroly durante el curso 2016-2017

Desde mi posición de director de Decroly, hoy centro el foco en los jóvenes que cursan sus estudios profesionales o bien se han graduado en este centro de Formación Profesional. El 100%, de FP Básica; el 92%, de Grado Medio y el 42%, de Grado Superior, según datos del curso escolar 2016-2017, se encuentra en la franja de personas nacidas entre los años 1995 y 2009, la denominada Generación Z o Postmillennials. A este colectivo me referiré específicamente más adelante.

Ellos, y sus predecesores de la Generación Y (1980-1994), también apodados Millennials, que representan el 0%, de FP Básica; el 8%, de Grado Medio y el 51% de Grado Superior del total de matriculados en Decroly en el finalizado curso 2016-2017, son los candidatos a engrosar los recursos humanos de las empresas. Uno y otro colectivo está llamados a gestionar el cambio galopante de una sociedad mundializada, a liderar y a crear las mejores condiciones de vida, tanto para ellos mismos como para el conjunto de esta sociedad del siglo XXI.

En mi entrada SALUDO Y CLAUSURA DE LA CEREMONIA DE GRADUACIÓN DE LA XXXVIII PROMOCIÓN DE ALUMNOS DE DECROLY, colgada en este blog el pasado 13 de julio, daba a conocer mi discurso de clausura ante las autoridades y la comunidad educativa de Decroly -profesores, graduados, familiares y amigos, entre otros- en el que mencioné mis reflexiones sobre el escenario educativo y profesional de los graduados en las distintas etapas de FP Básica, Grado Medio y Grado Superior en un inmediato futuro.

Hoy quiero llamar la atención con unas pinceladas que caracterizan a los Postmillennials (Generación Z) y, de soslayo, a los millennials (Generación Y), y al mundo empresarial. Obviamente no pretendo enumerarlas todas ni hablar excátedra, al tratarse de una generación en permanente evolución. Eso sí, debemos reflexionar sobre estas y otras características que, seguro, se me quedan en el tintero. La irrupción de la Generación Z en la vida socioeconómica no puede dejarnos indiferentes. También, reservaré unas frases finales para señalar la misión del propio sistema educativo y la específicamente asumida por Decroly, en su condición de centro concertado de Formación Profesional.

Algunas características de la Generación Z

Con carácter no excluyente enumero alguna de las más representativas:

1- La Generación Z representa una tercera parte de la población mundial.
2- Poseen un modo diferente de aprender. Esta generación apenas lee, todo es visual.
3- Se consideran tecnológicamente dependientes, enfocados a tecnologías informáticas (Internet), a lo virtual y digital.
4- No creen en fronteras geográficas o límites de tiempo; tampoco distinguen entre el mundo real y el mundo en línea.
5- Sus comunicaciones giran en torno a dichas tecnologías, tornándose esto en poca capacidad de comunicación verbal.
6- No les satisface el rol pasivo de observadores.
7- Nacieron en el auge del mercado de consumo; quieren interactuar con las marcas y crear con ellas.
8- Desean estar involucrados e interactuando en todo.
9- Carecen de habilidades interpersonales debido a la tendencia individualista en su carácter. Son escépticos en las relaciones reales.
10- Ven su futuro en la tecnología y no en tener una preparación académica formal.
11- Son impacientes; desean resultados inmediatos, acostumbrados a tener toda la información en segundos, gracias a la tecnología.
12- Su enfoque en las redes sociales les hace vivir creando un entorno virtual.

Y los empresarios, ¿qué esperan de la fuerza laboral que aporta la Generación Z –y las anteriores- que se incorporan a un mundo productivo totalmente mediatizado por la convergencia de tecnologías que revolucionan cada día el concepto acuñado de empresa inteligente? ¿Qué perfil personal y profesional demanda este nuevo escenario productivo y empresarial?

Lo cierto es que esta suerte de revolución de la vida de las personas, de la economía, de la productividad y del empleo demanda personas capaces de adaptarse muy rápidamente a las exigencias de ese cambio vertiginoso que se produce constantemente sin visos de frenar su implantación. Para ello se valora toda suerte de capacidades y competencias entre las que sobresalen las denominadas Softskills (habilidades sociales) frente a las hardskills o competencias técnicas para el desarrollo de una tarea determinada.

Softskills

Entre las habilidades sociales más solicitadas por los empresarios desatacan las siguientes: 

1- Empatía.
2- Sociabilidad.
3- Autoconfianza.
4- Motivación por el logro.
5- Compromiso.
6- Facilidad de comunicación.
7- Escucha activa.
8- Búsqueda de la excelencia (iniciativa).
9- Innovación.
10- Emprendimiento.
11- Liderazgo.
12- Trabajo en equipo.
13- Adaptación al cambio.
14- Capacidad para resolver problemas.
15- Tolerancia a la presión.
16- Asertividad (cualidad o comportamiento que poseen ciertos individuos de comunicar y defender sus propios derechos e ideas, respetando a los demás).

Y el sistema educativo…

¿Qué respuestas tiene para educar y formar profesionalmente a esta generación Z que ocupa nuestras aulas? ¿Qué medidas adoptamos los profesionales docentes y los establecimientos educativos para atender los requerimientos de esta población escolar? ¿Estamos capacitados para dar una respuesta de calidad a este colectivo de escolares desde la educación infantil hasta la postsecundaria, además de la educación superior académica y profesional?

En Decroly somos conscientes de nuestras limitaciones endógenas y exógenas. Por esa razón, hemos interiorizado una máxima de calidad orientada a la mejora continua mediante la formación permanente y el fomento de buenas prácticas.

Y vosotros, jóvenes de la Generación Z, ¿tenéis algo que decir de cara a vuestro futuro profesional?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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