Alumnos de Formación Profesional Básica de Decroly, de los ciclos de Servicios Administrativos, Informática de Oficina e Informática y Comunicaciones, el pasado 29 de octubre, asistieron al visionado de una película documental titulada Hijas de Cynisca en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander
El Ayuntamiento de Santander, a través de la Concejalía de Igualdad, que desde hace 4 años está desarrollando un Plan de acción para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, organizó la proyección de esta película –dirigida y producida por Beatriz Carretero– por parecerle la temática que aborda, la desigualdad de género en el deporte, idónea para sus fines. A dicha proyección acudieron los alumnos de Decroly acompañados de sus profesores Gloria Torre, Inmaculada Amo, Alfonso Diego, Mercedes Castanedo y Blanca Díaz.
Su título, Cynisca, coincide con el nombre propio de una princesa espartana que, a finales del s. IV a.C., triunfó en las carreras de cuadrigas en dos ocasiones y se convirtió así en la primera mujer de la historia en ganar unos juegos olímpicos. La narración animada de su gesta fue el punto de inicio del largometraje, al que le siguieron los testimonios, en primera persona, de mujeres del siglo XXI reconocidas por sus éxitos en el terreno deportivo, detallando sus vivencias y reflexiones acerca de la discriminación que habían experimentado y algunas aún sufren y proponiendo ideas para su erradicación.
Así, deportistas de diferentes disciplinas, de la talla de Ona Carbonell (natación sincronizada), Almudena Cid (gimnasia), Amaya Valdemoro (baloncesto), Bea Fernández y Carmen Martín (balonmano), Jennifer Pareja (waterpolo), Dori Ruano (ciclismo), Mary Álvarez del Burgo y Paula Tirini (voleibol), Lydia Valentín (halterofilia), Laura Torvisco (fútbol), Jessica Vall (natación), y la periodista deportiva de TVE, Paloma del Río, se convirtieron en las protagonistas de la cinta.
La película muestra la discriminación que se interpone en el día a día de todas ellas y profundiza en las diferentes maneras en las que ésta se manifiesta: falta de referentes femeninos en la infancia; vulneración de los derechos de las deportistas que se plasma en la diferencia en los sueldos, recursos y premios que van destinados a ellas en comparación a los percibidos por sus compañeros; falta de visibilidad y diferente trato en los medios de comunicación –un 95% de cobertura mediática para el deporte masculino, el resto para el femenino–; consecuentemente, menor reconocimiento social, a pesar de los logros obtenidos, lo que explica las enormes dificultades para encontrar patrocinios –sólo llega a las deportistas el 0,4% del dinero de los patrocinadores– y su ausencia en los cuerpos técnicos y/o federaciones; excesiva atención pública sobre su apariencia física u otros asuntos de sus vidas privadas ajenos a sus carreras; utilización de su cuerpo como espectáculo, empleo de un lenguaje vejatorio hacia ellas, rayando el insulto o el chiste fácil, que aún resulta más hiriente si es proferido por otras mujeres…
Las deportistas antes citadas ponen de relieve estas desigualdades, admiten que se está avanzando bastante, pero insisten en que aún queda mucho por conseguir. Además, se muestran convencidas de que cualquier paso adelante en este sentido trascenderá más allá del ámbito del deporte –convencimiento éste compartido al 100% por Decroly, que apuesta por la igualdad de género, no sólo en el mundo deportivo sino también en las demás esferas de la vida–. En palabras de Amaya Valdemoro: “El deporte es un reflejo de la sociedad, pero también es un factor de cambio”.
Sin lugar a dudas todas las mujeres que intervienen en Hijas de Cynisca, han sufrido la discriminación y los prejuicios, sin embargo, con su esfuerzo, sacrificio y fuerza de voluntad han ido rompiendo los estereotipos. Es más, la mayoría de ellas pretende suplir su carencia de referentes femeninos sirviendo ahora de modelos a las niñas y jóvenes de las nuevas generaciones para allanarles el camino y animarlas a dar sus primeros pasos en el deporte. De hecho, como añade Laura Torvisco: “La visibilización en los últimos tiempos de los éxitos de mujeres deportistas ha incrementado las licencias de chicas en el deporte”.
No obstante, el cambio definitivo se prevé lento; en palabras textuales de Lydia Valentín: “Hay que cambiar el concepto del deporte femenino, verlo desde un punto de vista diferente al actual y para ello, se necesita la implicación de todos”. Efectivamente, ha de considerarse que el deporte masculino es distinto al femenino, uno y otro ofrecen esfuerzo y pasión, pero… ¿qué necesidad hay de compararlos y valorar cualquier actividad deportiva con parámetros masculinos? ¿Por qué no partir de contextos distintos? Curiosamente, las últimas marcas femeninas están igualadas a las de los deportistas masculinos de los años 70 y por aquel entonces, nadie menospreció ni devaluó estos logros. A propósito de esta visión sesgada del deporte, las protagonistas del documental admitieron que se sienten cada vez más entendidas y apoyadas por sus compañeros deportistas y por algunas federaciones – algo que resulta esencial para que su situación mejore–, pero que todavía queda mucha incomprensión y falta de sensibilidad por parte de estos colectivos.
Lamentablemente, la desigualdad de género en el deporte es un hecho y “se da por hecho”, pese a la implantación en el año 2007 de una Ley de Igualdad en el deporte. “No se cumple, todo son buenas palabras en el papel, pero las prácticas discriminatorias nunca son sancionadas”, apuntan las protagonistas. Éste es el motivo por el que las mismas deportistas, cuando se encuentran en activo, no se atreven a denunciar y tienen miedo de que se ejerzan represalias en su contra. Acerca de la indefensión de las deportistas de élite, Ona Carbonell explica que la vida deportiva de alto rendimiento les exige el 100% de su tiempo y ello les impide prepararse para subsistir en un futuro; asimismo comenta en la película: “Vivimos en una burbuja muy bonita y especial, pero luego estamos muy perdidas. El momento del después es delicado”.
El propósito de los profesores al realizar esta actividad fue el de sensibilizar a los alumnos ante una situación que muchos niegan y silencian, pero que existe: la desigualdad de género en el deporte –sin duda, extrapolable a otros ámbitos –. El equipo docente pretendió que los alumnos empatizasen con las víctimas, adquirieran conciencia del problema, lo asumieran y se convencieran de que también ellos, como parte que son del conjunto de la ciudadanía, son responsables de su solución.
Por lo que respecta a la formación en competencias y valores incluida en todo proceso educativo, con este largometraje se intentó fomentar en los alumnos no sólo el valor del compromiso de uno mismo con la sociedad, sino también el del esfuerzo, la constancia y la fuerza de voluntad como las herramientas precisas para la consecución de las propias metas.
Durante la proyección de Hijas de Cynisca, los alumnos se mantuvieron receptivos. La crudeza y sinceridad de algunas anécdotas no les dejó indiferentes y prueba de ello fueron los debates y conversaciones que entre ellos se generaron a la salida. La polémica estuvo asegurada y eso, en sí mismo, fue otro objetivo conseguido.
Con la participación en este acto, Decroly sigue potenciando la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la Agenda 2030, ahondando en este caso específico en el Objetivo número 5 – IGUALDAD DE GÉNERO y en el Objetivo número 10 – REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES.
Relación de títulos de los ciclos formativos de Grado Superior, Grado Medio y FP Básica que puedes cursar en Decroly
FP GRADO SUPERIOR
- Administración de Sistemas Informáticos en Red (ASIR)
- Administración y Finanzas (AYF)
- Asistencia a la Dirección (ADIR)
- Gestión de Ventas y Espacios Comerciales (GVEC)
- Guía, Información y Asistencias Turísticas (GIAT)
FP GRADO MEDIO
FP BÁSICA