Decroly permanece atento a cuantos acontecimientos socioeconómicos afectan a la empleabilidad de los jóvenes y establece todo tipo de alianzas conducentes a conocer mejor la realidad del mercado de trabajo y a detectar las necesidades objetivas de cualificación de los actuales y futuros profesionales en forma de competencias profesionales y transversales indispensables
El cambio de ciclo económico ha llegado para quedarse. Además, y tal vez sea parcialmente originado por la confluencia simultánea en el tiempo de innumerables desarrollos tecnológicos, esa realidad irreversible refuerza la metamorfosis galopante e imparable que afecta a todos los estamentos de las organizaciones empresariales sin distinción alguna.
Numerosos estudios e informes de expertos avalan la realidad generalizada que se constata en los entornos productivos que operan en este momento histórico. La globalización, el impacto de las nuevas tecnologías y la consiguiente digitalización de las corporaciones, entre otras causas, orientan nuevas formas de abordar el día a día y plantean otras rutas de negocio para la producción de bienes y servicios y salvaguardar la viabilidad misma de las empresas.
Ante este escenario, los departamentos de recursos humanos de las compañías buscan la manera de reforzar, primero, y de actualizar, después, los perfiles profesionales de sus empleados en consonancia con la realidad empresarial presente y futura. Por esa razón parece oportuno recomendar a empresarios y a trabajadores el impulso de actuaciones de formación continua que faciliten la progresiva adaptación de los profesionales a las nuevas necesidades y exigencias del mercado de trabajo.
Decroly ha sido y es un actor relevante en el diseño de planes de formación específicos para cada entidad y en la provisión de acciones formativas a la carta para los trabajadores de sectores tan variopintos como son la construcción, hostelería, comercio, transporte,… en microempresas, pequeñas, medianas o grandes corporaciones. Más de setecientas organizaciones se adhirieron a nuestro centro para desarrollar planes de formación permanente, desde que entrara en vigor el modelo actual de formación bonificada en las empresas en el año 2004.
A la imprescindible especialización de los trabajadores se suma la necesaria adquisición de otro tipo de habilidades y capacidades. Muchas acciones formativas orientan su foco hacia la adquisición y consolidación, en su caso, de competencias transversales de distinto tenor en el ámbito emocional y social de las personas sin distinción de género o edad. De tal manera es así que las firmas más eficientes valoran en un 50% los conocimientos, formación y experiencia, y en el 50% restante las actitudes, habilidades o valores de carácter transversal.
Las agencias de colocación más prestigiosas coinciden al afirmar que las competencias transversales –emocionales y sociales- marcan la diferencia entre un candidato y otro con formación similar a la hora de considerar su candidatura para un empleo determinado.
En este contexto, ¿a qué futuro laboral se enfrentan nuestros jóvenes estudiantes de Formación Profesional en Decroly? Pues parece que la cosa empieza a clarificarse.
Por un lado, el mercado demanda perfiles profesionales con una alta especialización, relacionados con la tecnología y la informática, la ciberseguridad, el comercio exterior, el espíritu emprendedor, la comunicación, los idiomas,…
Por otro lado, son positivamente valoradas por los empresarios, a la hora de elegir un candidato, otras capacidades que complementan la necesaria especialización como son, por ejemplo: conocer y gestionar redes sociales, trabajar en equipo, adaptarse al cambio, tener motivación, demostrar autoconfianza, ser flexible, actuar adecuadamente bajo presión,… Todo ello sin perjuicio de poseer habilidades como la creatividad y de demostrar actitudes proactivas a la hora de resolver problemas y de generar ideas innovadoras que contribuyan a promover el crecimiento de la corporación.
Quiero finalizar poniendo un énfasis especial en una de las habilidades sociales más demandadas: la capacidad de comunicación. Lo hago, por dos razones: una, para reforzar el argumento ya mencionado en esta entrada; dos, para remarcar, especialmente, que dentro de unos días comienza el plazo para presentar vuestras candidaturas al premio del X Certamen Decroly Digital. Podéis ver las bases y todos los detalles del concurso en la web institucional de www.decroly.com o pinchando directamente en X Certamen Decroly Digital.
Recordad que la capacidad de comunicación es la más valorada de las habilidades sociales por las empresas. Con carácter general incluye aspectos tales como convencer, escuchar, persuadir, exponer las ideas de forma clara, formular las preguntas adecuadas,…
Estas habilidades se estiman muy positivamente no solamente en el entorno familiar o social sino que se requieren, muy especialmente, en el ámbito laboral. En concreto, son imprescindibles en aquellos empleos en los que tienes que tratar con clientes o usuarios, trabajadores y proveedores; en los que hay que negociar, vender o convencer de algo; en los relacionados con formación; en aquellos otros que exigen una exposición de ideas en público; a la hora de presentar proyectos ante clientes, entre otros.
Finalizo esta entrada con una jocosa frase atribuida a Indira Gandhi: “Un día mi abuelo me dijo que hay dos tipos de personas: las que trabajan, y las que buscan el mérito. Me dijo que tratara de estar en el primer grupo: hay menos competencia ahí”.
Como hiciera en otras entradas recientes adjunto un post de 2011 en el que centraba el foco en las inteligencias múltiples descritas por Howard Gardner y, entre todas ellas, en la inteligencia emocional e inteligencia social estudiadas por Daniel Goleman y cuya nomenclatura se atribuye a los profesores Peter Salovey y John Mayer. Decroly ha integrado en su proyecto educativo las habilidades prácticas de la inteligencia emocional y social, hoy en día imprescindibles para entender mejor la realidad socioeconómica en la que vivimos.
A vueltas con las emociones en clave educativa
Fco. Javier Muñiz Bárcena
18 de octubre de 2011
Cuando el pasado 11 de mayo saltó la noticia de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2011, en su XXXI edición, al profesor Howard Gardner de la Universidad de Harvard sentí una emoción especial porque su figura y su obra se debate y resalta en conferencias, jornadas y congresos del ámbito educativo ante el reto que representa la educación del siglo XXI
Mi frecuente participación en esos foros me ha despertado especial interés que cultivo y mantengo vivo ante el firme convencimiento de que su obra, Inteligencias Múltiples, impregna cada día las salas de profesores, las aulas de los centros y las actuaciones pedagógicas de la inmensa mayoría de los profesionales docentes que cada día se enfrentan al reto que representa la educación y formación de ciudadanos del siglo XXI, de la era digital. Desde el punto de vista intelectual, nadie discute ya que la educación y formación que proveemos hoy, y que reforzaremos en el futuro, deberá centrarse en la figura del estudiante tanto para coadyuvarle a desarrollar esas inteligencias como a combinarlas y utilizarlas y, en todo caso, ayudarle a que las descubra.
Al reseñar en este blog el galardón otorgado a Gardner por la Fundación Premio Príncipe de Asturias en Mi crónica del 20 de mayo pasado, con la noticia Howard Gardner, premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales 2011, puse de manifiesto que Howard Gardner, su modelo de “escuela inteligente” y su teoría sobre las “inteligencias múltiples” engrosarían el elenco de obras y autores que influyen cada día en mi quehacer profesional. De hecho, días más tarde, el 24 de mayo, colgué el post Estudiantes del siglo XXI, en el que analizo el perfil de alumnos que pueblan nuestras aulas; el lenguaje digital imprescindible para intercomunicarnos alumnos y profesores; el impacto de las redes sociales y de las tecnologías de la información; la evidencia incontestable de que su atención dividida; sus expectativas individuales y sus capacidades personales que demandan una dedicación personalizada, para sacar el máximo rendimiento de sus inteligencias diversas.
En Personalización del aprendizaje, publicado el 21 de julio, a la hora de citar personajes ilustres, incluyo, en primer lugar a Howard Gardner. Añado a Curtis W. Johnson, que aboga por una educación personalizada, a la carta; Eduardo Punset, que demanda un cambio en el sistema educativo que incluya el aprendizaje social y emocional; a Marc Prensky, que introduce el término pasión por la misión de educar, entre las aportaciones del profesorado, y la de aprender y emprender en el alumnado, para abordar con éxito el futuro de una sociedad cuyo denominador común es la incertidumbre. Un tratamiento similar aporte en Empatía, el pasado 8 de setiembre, donde me centro en una de las dos habilidades de la inteligencia interpersonal, desgranado conceptos básicos reseñados tanto por Gardner como por Daniel Goleman y otros prestigiosos autores contemporáneos.
Hace unos días, por fin, he recibido el libro Inteligencias Múltiples, comprado a través de internet, después de pasar por distintas librerías de la ciudad y no encontrarse en existencias. Aproveché la circunstancia de esta compra electrónica para adquirir otros dos libros: Inteligencia emocional e Inteligencia social, ambos de Daniel Goleman (para ser sincero, compré un cuarto ¿Cuándo y cómo acabará la crisis?, de Ramón Tamames). De hecho, inicié este post pensando en la aportación de la inteligencia emocional al nuevo escenario creativo e innovador que subyace en un centro del siglo XXI, en el que se encuentra un alumnado tan distinto y diverso que demanda una atención personalizada. Fijémonos en Decroly, probablemente uno de los centros más multiculturales de la comunidad autónoma de Cantabria, por el significativo número de estudiantes extranjeros de ¡diecinueve nacionalidades!
Pero, en fin, volvamos al título de este post: A vueltas con las emociones. Realmente mi intención inicial consiste en recopilar un glosario explicativo sobre la inteligencia emocional más que entrar en disquisiciones sicológicas sobre las emociones. Por ello, he aquí unas pinceladas. Podemos definir la inteligencia emocional como la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos. Se atribuye la terminología a los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. Si bien es cierto que la inteligencia emocional se basa en dos de las inteligencias múltiples de Gardner (interpersonal e intrapersonal) su difusión internacional se le atribuye a Daniel Goleman por sus libros Inteligencia emocional e Inteligencia social que he citado anteriormente. Goleman clasifica las habilidades prácticas de la inteligencia emocional en dos áreas:
1. inteligencia intrapersonal, interna, de autoconocimiento
a) la autoconciencia, capacidad de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo;
b) el control emocional, capacidad de regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su exteriorización;
c) la capacidad de motivarse y motivar a los demás
2.inteligencia interpersonal, externa, de relación
a( la empatía, capacidad de entender qué están sintiendo otras personas, ver cuestiones y situaciones desde su perspectiva y
2(las habilidades sociales, aquellas que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal, y que pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo.
Es evidente que las cinco habilidades prácticas que caracterizan la inteligencia emocional deben formar parte, siquiera transversalmente, del proceso educativo y formativo en el aula porque su adquisición se me antoja esencial en los ciudadanos de hoy. Su consecución suaviza la ruta hacia el éxito personal y profesional.
A mí no me cabe la menor duda que alcanzar estas habilidades prácticas favorece el bienestar psicológico, fundamental para el desarrollo armónico y equilibrado de nuestra personalidad. Favorece, asimismo, nuestro entusiasmo y motivación; contribuye a nuestra buena salud física; previene posibles enfermedades psíquicas, como la angustia, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad,… y permite mejorar nuestras relaciones con las personas, en el área familiar-afectiva, social y laboral-profesional. En este último apartado, es relevante destacar su aportación a las relaciones con nuestros subordinados –liderazgo-, con nuestros superiores –adaptabilidad– o con nuestros pares –trabajo en equipo-. Las emociones, en suma, determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en la escuela y/o en la empresa. En fin, ¡incorporemos estas cinco habilidades al currículo de todos los alumnos de Decroly, matriculados en PCPI, CFGM y CFGS! De igual manera, impregnemos de esta “savia” tantas y tantas otras tareas transversales que cada día se suceden en nuestro centro.
Permítaseme, para concluir este post, hacer una apuesta por el equilibrio entre la vida personal, familiar, laboral y social para alcanzar el éxito y ¿por qué no decirlo?, la felicidad. A ello contribuye, sin duda alguna, la inteligencia social en su doble faceta intrapersonal e interpersonal. Tengamos presente también, la salud. Un concepto moderno de éxito pasa necesariamente por compensar el logro de los necesarios objetivos materiales para vivir dignamente con otros valores intangibles que contribuyen a afianzar nuestra estabilidad y desarrollo emocional. Me refiero al fortalecimiento de las relaciones y valores familiares; al control del estrés a través de un cuerpo sano y del ejercicio físico; a la participación activa en la sociedad o a la satisfacción de deseos altruistas y creativos.
Finalmente, sacada de un catálogo de frases célebres, elijo esta, de autoría anónima para proponer una reflexión: “El éxito no es para los que piensan que pueden hacer algo sino para quienes lo hacen.”
¡Si has leído este post, no dudes en escribir tus comentarios! Si no lo hicieras, don´t worry, just be happy!
Otras entradas y enlaces de interés:
–Acuerdo por la Educación en Cantabria
–Presentación Libro Blanco de los Empresarios Españoles “La educación importa”
–Decroly en la revista Actualidad Docente
–Noticias de Decroly publicadas en Educantabria en 2017
-Vídeo Día de Europa 2017 en Decroly
-Video Día Europeo de las Lenguas en Decroly
-Video Educación Responsable en Decroly
-Micro-video-relato de Decroly en el I Congreso hispano-alemán de cooperación
–Vídeo de Decroly seleccionado en el concurso “Erasmus+ FP”
-Vídeo del Discurso del consejero Fernández Mañanes en la entrega de premios del VI Concurso de proyectos en la Formación Profesional del sistema educativo
–Decroly English Atmosphere
–Lluvia de ideas educativas