La Oficina Europea de Estadística, Eurostat ha publicado el pasado lunes, día 18 de julio, la noticia Almost half of upper secondary pupils in the EU enrolled in vocational Education en la que informa de un estudio acerca del impacto de la Formación Profesional (FP) en Europa y sobre un análisis comparativo entre los distintos países de la Unión Europea
Los datos, referidos al año 2014, arrojan una suma de 572.184 estudiantes de postsecundaria inscritos en un programa de Formación Profesional. Este número supone un incremento del 4,6% con respecto al año anterior, 2013, cuya matrícula alcanzó el número 547.099 en el conjunto del Estado español.
La cifra, dada a conocer por Eurostat, representa el 34% del conjunto de estudiantes españoles de educación postobligatoria que cursa estudios de FP. Ese porcentaje se aleja sensiblemente de la media de la Unión Europea (UE) que representa el 48% del total. La tabla comparativa publicada por la Oficina Europea de Estadística Eurostat indica que la FP en España se sitúa en el lugar 22 en términos porcentuales, comparada con los 28 países de la UE.
Los amantes de la estadística pueden comprobar que únicamente Grecia (31%), Lituania (27%), Hungría (25%), Chipre (15%) y Malta (13%) registraron una tasa menor que España respecto al porcentaje de estudiantes matriculados en alguno de los ciclos formativos de Formación Profesional. En el otro extremo, países como Francia (43%), Portugal (46%) Alemania (48%), Italia (56%), Bélgica (60%) u Holanda (66%), tuvieron porcentajes ostensiblemente más altos que España en la matriculación en FP.
Esta desviación española, con respecto al conjunto de la UE, ha sido señalada en distintos momentos por organismos europeos e internacionales. Uno de los más cualificados, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), subrayó, en un informe de 2015, el déficit de alumnos de FP en nuestro país así como el aumento del colectivo de jóvenes que ni estudia ni trabaja ni recibe formación –“ninis”- en la horquilla 16 -24 años de edad (algunos autores elevan la edad hasta los 29 años). ¡Muy preocupante!
Sin embargo, la posición española mejora, con respecto a otros países de la UE, en materia de escolarización femenina en este nivel de educación postsecundaria. España, con un 46% del total, supera la media comunitaria, situada en el 44% del montante de estudiantes escolarizados. En esta variable, España es superada, solamente, por Bélgica, Finlandia, Reino Unido, Suecia, Luxemburgo y Holanda. En la Europa comunitaria el 56% de estudiantes de postsecundaria son varones.
Vistos los datos señalados -fiables, sin duda alguna- toca adoptar las decisiones pertinentes para prestigiar, aumentar y mejorar en España y, por supuesto, en Cantabria la opción educativa que representa los estudios de FP. Eurostat llama la atención, asimismo, sobre el impulso y la promoción de la FP porque «es una de las iniciativas de la Comisión Europea para combatir el desempleo juvenil«. Esa determinación persigue proporcionar a los jóvenes los conocimientos, capacidades, habilidades y competencias «que se necesitan en el mercado laboral«.
Existe una evidencia incontestable en nuestro país: la FP sigue anclada en ciertas dosis de desprestigio social para una considerable parte de la población. Esa realidad es fruto de una cultura ciudadana asentada en el pasado cuando esta opción educativa era la única salida posible para los menos aptos del sistema, independientemente de cuales fueran los motivos.
Hoy en día, por otra parte, las cosas están cambiado sustancialmente. La FP ha experimentado un aumento cuantitativo y un cambio cualitativo muy relevantes en los últimos años. Queda mucho por hacer, pero existe una clara conciencia de cuál es el camino a seguir para ofrecer a los jóvenes opciones profesionales eficaces y así contribuir a paliar el insostenible desempleo juvenil en nuestro país. Uno de los puntos a considerar seriamente, sin embargo, se refiere a la distancia aún existente entre las propuestas ocupacionales de la FP del sistema educativo y las cambiantes, complejas y contradictorias demandas y necesidades del mundo empresarial, fruto de una sociedad global, en transformación y metamorfosis permanentes y altamente tecnificada.
Iniciativas como Horizon 2020, una apuesta europea para asegurar la competitividad global; Europa 2020, una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador; Educación y Formación 2020, un marco estratégico actualizado para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación; Rethinking Education o, lo que es lo mismo, Replantear la Educación, una disposición “para animar a los Estados miembros a que tomen medidas inmediatas destinadas a garantizar que los jóvenes desarrollen las capacidades y competencias necesarias para el mercado de trabajo y para alcanzar sus objetivos en materia de crecimiento y empleo” deben orientar el foco de las administraciones educativas y de los agentes económicos y sociales para fortalecer el prestigio de la Formación Profesional en Europa, en España y, por ende, en Cantabria.
El próximo futuro de la FP en Cantabria y en España pasa por mejorar en cantidad y en calidad la oferta formativa. Algunas iniciativas, como la derivada de la entrada en vigor del Real Decreto 1529/2012, de 8 de noviembre, por el que se desarrolla el contrato para la formación y el aprendizaje y se establecen las bases de la FP Dual han comenzado a dar su fruto. Lo mismo ha ocurrido con la aplicación de la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE).
A pesar de la controversia suscitada, la LOMCE ha establecido una nueva etapa de FP Básica que ha buscado una salida educativa y profesional de calidad para los alumnos en riesgo de exclusión social, potenciales candidatos al abandono escolar temprano. La FP a distancia, por otra parte, está cobrando un protagonismo inusitado en los últimos años. En Cantabria, desde la entrada en vigor de la Orden ECD/79/2012, de 27 de junio, que regula la Formación Profesional del Sistema Educativo en Régimen a Distancia el alumnado ha crecido exponencialmente, cada año académico.
El próximo curso 2016-2017 Cantabria va experimentar un incremento considerable de alumnos de Formación Profesional, tanto en su nueva etapa de ciclos formativos de FP Básica –en el contexto de la enseñanza obligatoria y gratuita- como en aquellos otros de Grado Medio –postsecundaria obligatoria- o de Grado Superior –educación superior-.
El régimen a distancia se consolida, igualmente, y alcanza cotas muy destacables. La flexibilidad del sistema cántabro de FP en regímenes y modalidades facilita la incorporación a los ciclos formativos de FP a personas de todas las edades y condición.
Los centros bilingües y aquellos otros que ofrecen un aprendizaje integrado de contenidos y lengua extranjera –sea inglés, francés o alemán- han aportado su alícuota parte de calidad y prestigio a esta etapa educativa que, poco a poco, se va desembarazando del “San Benito” que la caracterizaba y de los obsoletos conceptos que la situaban como una opción educativa devaluada y poco atractiva.
Esa realidad descrita la vemos reflejada en el periodo de solicitud de admisiones de estudiantes de Grado Medio y de Grado Superior, celebrado entre los días 23 y 30 del pasado mes de junio, y que formalizaron sus matrículas del 19 al 2 de julio, en período ordinario. Una de las razones de peso se encuentra en la decisión de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de incorporar el criterio de acceso directo de los titulados de FP Básica a Grado Medio y de los titulados de Grado medio a Grado Superior.