La aportación de Salman Khan a la pedagogía de este siglo me ha sorprendido y emocionado, a su vez, y fortalece una tendencia de renovación – revolución pedagógica muy apreciable, también implantada en Decroly, apoyada en los recursos que proporcionan las tecnologías de la información y las comunicaciones
La contribución de este norteamericano de Nueva Orleans, nacido en 1976 en pleno apogeo de cambio social protagonizado por la denominada Generación X (1966-1980), se fragua en el año 2008. Aquel momento se puede calificar de crucial de su vida. Acababa de contraer matrimonio y esperaba su primer hijo una vez finalizados sus estudios de ingeniería e informática en dos de las más prestigiosas instituciones académicas del mundo: Harvard y el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Igual que ocurriera con otros grandes iconos de la reciente historia universal que han transformado la vida de las personas Salman Khan apostó por convertir en realidad su sueño de hacer accesible la educación, gratuitamente, a personas residentes en cualquier lugar del planeta tierra.
¡Y ya lo creo que lo ha conseguido! En muy poco tiempo, este joven americano, hijo de madre india y padre bangladeshí, tiene 26 millones de alumnos en 190 países según he podido conocer por una reciente publicación de Maribel Martín en el periódico El País, de 31 de agosto de este año. Un éxito arrollador, sin precedentes, impulsado a través de la denominada Academia Khan, una plataforma online multilingüe financiada por filántropos y mecenas de la talla socioeconómica de John Doerr, Bill Gates o Carlos Slim, entre otros.
Salman Khan fue declarado en 2012 una de las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time. A pesar de ello, sigue siendo un gran desconocido en el entorno educativo español, por ejemplo. Sin embargo, cualquier experto que se aproxime a su obra de repercusión universal no dudará un instante en calificarle como “maestro universal” y uno de los autores más creativos e innovadores de este siglo XXI, tanto en el ámbito de la producción materiales educativos audiovisuales destinados a la educación y el aprendizaje como en la aplicación de una revolución pedagógica que ha transformado el concepto de aprendizaje, de aula y de profesor.
En ambos aspectos, Decroly se ha posicionado abiertamente en un planteamiento pedagógico que contiene ciertas similitudes con el modelo Khan. De hecho, esta centro ha prescindido de los libros de texto e implantado una cierta revolución pedagógica en forma de renovación metodológica, atención a la diversidad de alumnos y personalización de contenidos, en su caso. Esta decisión se concentra tanto en los procesos de aprendizaje cotidianos en el centro educativo como en aquellos otros fuera del aula, de especial interés para aquellos estudiantes que concilian su vida personal y académica o por razones de residencia. Para ello, y apoyados en las tecnologías de la información y de las comunicaciones, el profesorado elabora los oportunos materiales educativos audiovisuales, les aloja en la plataforma Moodle del centro y el alumno interactúa 24-7-365, es decir, 24 horas al día, siete días a la semana, trescientos sesenta y cinco días al año.
Cada estudiante, afirma Salman Khan, es único, como lo son todas y cada una de las personas que pueblan cualquier rincón de la tierra. Por ello, los ritmos de aprendizaje son exclusivos de cada uno y demandan una atención personalizada. Salman Khan plantea lo que ya se conoce hoy en día como Flipped Classroom, una suerte de aula-escuela al revés en la que los alumnos aprenden en casa y en su entorno sociocultural, en su caso; con lecciones grabadas en vídeo y los pertinentes ejercicios; con otros recursos de todo tipo subidos a una plataforma online. Así, el aula se convierte en un lugar de debate, de aclaraciones y de respuestas a los posibles problemas encontrados en el proceso personalizado de aprendizaje.
Esta nueva tendencia de aprendizaje sustituye al viejo modelo decimonónico de enseñanza instructivista, igualitaria, basada en un criterio de “café para todos”, de un traje del mismo tejido, talla, color,… Aquel patrón hoy se ha quedado obsoleto; no sirve y puede calificarse de un sistema educativo ineficaz, pasivo, incapaz de dar respuesta a las demandas particulares de cada estudiante,… ni de satisfacer las expectativas de la cambiante sociedad mundializada, multicultural y plurilingüe en la que vivimos en este momento histórico.
El talento e ingenio de Salman Khan han servido para lanzar un proyecto exitoso que ha sido reconocido a nivel mundial y que, junto a otros ilustres autores creativos e innovadores, ha sacudido las conciencias de millones de personas en positivo con una solución educativa y de aprendizaje para millones de personas, incluso para aquellas más alejadas de la moderna civilización. Esta propuesta del ingeniero-pedagogo americano presenta aspectos similares a otros proyectos que popularizan en progresión geométrica universidades e instituciones educativas de medio mundo a través de los denominados MOOC, acrónimo de la denominación Massive Open Online Courses, –Cursos en Línea Masivos y Abiertos-, generalmente gratuitos.
Por otro lado, si trasladamos esta asombrosa iniciativa a la práctica cotidiana en Decroly, la experiencia constata alguna de las tesis que desde hace años sostenemos en este centro de Formación Profesional. El impacto generalizado, a nivel mundial, de internet y de las múltiples y variadas tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) en las personas, sea en su entorno personal, bien en el educativo y profesional, ha impulsado cambios que han producido considerables consecuencias, que han mutado hacia un modelo de sociedad totalmente distinto del que existía hasta finales del siglo pasado, por acotar una fecha.
Pero esta iniciativa es solamente una más. La renovación pedagógica permanente debe orientar a diario el foco de nuestras actuaciones profesionales. Es una demanda, una exigencia de nuestros alumnos, de las empresas e instituciones y de la sociedad en su conjunto. Por ello, en Decroly hemos consolidado un arraigo en la cultura del cambio y de la innovación anticipándonos, muchas veces, a las expectativas de unos y otros.
Para finalizar esta entrada de hoy me permito señalar una experiencia muy puntual que se ha convertido en un referente para cuantos conformamos la comunidad educativa decroliana. Me refiero a la inclusión, siquiera transversal, del desarrollo de las inteligencias múltiples que atesoran todos nuestros discentes y, en particular de su inteligencia emocional. Decroly ha incorporado a la práctica docente cotidiana el desarrollo de un amplio abanico de competencias transversales entre las que cobra un especial significado la competencia emocional. Hoy podemos afirmar, sin género alguno de duda, que ese trabajo concienzudo de atención a la diversidad individual de nuestro alumnado, tanto para favorecer las debilidades de unos como para intensificar las fortalezas de otros, ha producido unos resultados altamente positivos que pueden ser contrastados con evidencias irrefutables.
El acercamiento y acompañamiento del profesorado en el proceso de aprendizaje de los estudiantes de las diferentes etapas educativas ha favorecido su autoestima e integración en el grupo-clase. Simultáneamente, esa circunstancia ha facilitado la concienciación y espíritu de superación del colectivo de alumnos, en general, y el sentimiento de sentirse personas útiles. En suma, y tal como arrojan los resultados de las encuestas anónimas aplicadas cada curso, Decroly contribuye eficazmente al desarrollo individual y competencial de las personas que confían su educación y formación a este centro. Además, según manifiestan en las precitadas encuestas, se sienten felices en el centro.
También, y más particularmente, esos logros se han producido en aquellos estudiantes procedentes de entornos socioeconómicos desfavorables, en claro riesgo de exclusión social, y en situación académica con carencias muy estimables, como es el caso de algunos alumnos de Formación Profesional Básica. Estas prácticas pedagógicas, sustentadas en un acercamiento emocional del profesorado con ellos y con sus familiares, en su caso, han favorecido su rendimiento académico. Al mismo tiempo, hemos podido constatar una sensible reducción del absentismo y del denominado abandono escolar temprano. El desarrollo de la competencia emocional del alumnado, entre otras transversales de similar trascendencia, se me antoja clave en la motivación y el rendimiento de todos ellos.
En fin, Decroly incorpora al currículo de cada módulo competencias transversales, como es el caso de la competencia emocional, que estimulan valores y capacidades muy apreciables como el autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia, el trabajo en equipo, la comunicación, la gestión del tiempo, la solución eficaz de problemas, la iniciativa emprendedora, y la capacidad para automotivarse, entre otros.