De un tiempo a esta parte suelo jugar una partida de mus con amigos de mi pueblo, muchos de ellos ya jubilados. Entre juego y juego, un día sí y otro también, en algún momento del lance mientras degustamos el buen café que nos prepara Marleni, surge un tema recurrente cual es “despotricar” sobre la pérdida de valor adquisitivo de sus respectivas pensiones
Con el exclusivo fin de propiciar una reflexión sobre uno de los pilares básicos del estado de bienestar les remito a unos datos publicados en la prensa local sobre cuáles son los costes de las pensiones contributivas de la seguridad social en Cantabria que afectan a 135.085 personas en nuestra comunidad autónoma. La percepción media de sus beneficiarios alcanza la cantidad de 898 euros, según datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad social, correspondientes a diciembre de 2013.
Esas cifras representan un gasto a la Administración nacional de 121.344.153,80 euros mensuales (para quienes aún acostumbran a pensar en las antiguas pesetas, estamos hablando de 20.189.968,374 pesetas al mes – veinte mil ciento ochenta y nueve millones novecientas sesenta y ocho mil trescientas setenta y cuatro-). ¡Impresionante cifra!, ¿o no?
El tema no les sorprende. De hecho, mis convecinos son grandes lectores de la prensa local y nacional, incluida aquella del ámbito deportivo. Por tanto, mes tras mes se enteran de estos datos en los medios escritos de comunicación; también lo escuchan y ven en noticias, tertulias y debates que se producen en los ámbitos audiovisuales. ¡Disponen de tiempo para ello! Si bien es cierto que ¡cada palo aguanta su vela!, las pensiones, como todos conocemos, mis amigos del pueblo también, son de distintas clases y, por tanto, cada uno recibe lo que le corresponde en virtud de sus circunstancias particulares.
Intento describir, asimismo, -algunos de mis compañeros en el juego de mus se encuentran directamente afectados- que existen otras clases de pensiones contributivas de la seguridad social, además de la de jubilación, como aquellas que reciben personas afectadas por una incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares, en su caso. Estas últimas son de importes inferiores, generalmente. Como los datos han sido publicados y debatidos con profusión me he permitido recopilarlos para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Así, la pensión media del sistema, que comprende las diferentes clases de pensiones (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares), se concretó al comienzo del mes de diciembre en 898 euros mensuales. Sin entrar en casos particulares yo me siento satisfecho con la situación real existente y así lo comentaba con mis convecinos (Cantabria se encuentra en la sexta posición con respecto al resto de las dieciséis comunidades autónomas, Ceuta y Melilla). Tengo que reconocer, sin embargo, que alguno de ellos manifiesta su total desacuerdo conmigo en base a los más variopintos argumentos. No obstante, reafirmo mi postura: ¡Virgencita, virgencita que me quede como estoy!
La realidad es que, lo incluyo a efectos divulgativos, que de las 135.085 pensiones contributivas de la Seguridad censadas en el pasado mes de diciembre, la mayor parte de ellas, 80.265, eran pensiones de jubilación, con una percepción media de 1.039,7 euros mensuales tal y como he descrito anteriormente. Le sigue, a juzgar por el coste medio, la de incapacidad permanente, con una media de 958 euros al mes y que interesa a 13.786 beneficiarios. A continuación se sitúa la pensión de viudedad, con una media de 627 euros mensuales y un número de 35.634 ciudadanos afectados. La pensión a favor de familiares, asciende a una media de 548 euros y se encuentran censados 1.108 perceptores. Finalmente, la pensión de orfandad, con una media de 398 euros mensuales la reciben 4.292 personas.
Los datos de todo el Estado español merecen, igualmente, una reflexión. Para no extenderme demasiado, ni aburrir con demasiadas cifras, voy a resumir las siguientes referencias: la Seguridad Social hizo un desembolso de 7.884 millones de euros para pagar las pensiones contributivas de 9.145.966 ciudadanos en diciembre de 2013. La pensión media de jubilación se situó en 987,48 euros mensuales, mientras que la pensión media del sistema -jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares- alcanzó los 862 euros.
Finalmente merecen ser mencionados los datos de las diecisiete comunidades autónomas más Ceuta y Melilla. El ranking de la pensión media del sistema en las comunidades autónomas es el siguiente: País Vasco (1.064,50 euros), Madrid (1.020,42 euros) y Asturias (1.017,95 euros). Les siguen Navarra (980,83 euros), Aragón (899,87 euros), Cantabria (898,28 euros), Ceuta (893,25 euros), Cataluña (891,14 euros), Castilla y León (842,39 euros), La Rioja (829,32 euros), Melilla (822,69 euros), Canarias (805,03 euros), Castilla-La Mancha (802,70 euros), Comunidad Valenciana (793,50 euros), Baleares (790,25 euros) y Andalucía (782,71 euros), Murcia (760,33 euros), Extremadura (727,18 euros) y Galicia (725,61 euros) al mes.
Cantabria ocupa el 6º lugar entre las 17 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla. Estos son los datos, sobran los comentarios míos. Por ello, me limito a impulsar una seria reflexión, en todos cuantos lean esta entrada, que contemple, por supuesto, la sostenibilidad del sistema. Y a mis vecinos y amigos, con quienes comparto a menudo un café alrededor de una mesa jugando una partida de mus, les animo a ver la realidad en positivo porque, cierto es que la situación económica es muy difícil, que nos dicen que 2014 marcará el inicio de un cambio de tendencia, ¡ojala se cumpla ese augurio! pero cierto es, también, que la Ley de Murphy nos ha demostrado en multitud de ocasiones que “si algo puede salir mal, saldrá mal.” Es más, si ya va mal, ¡podría ir a peor! Por tanto, emulando al innovador José Mª García en sus programas de radio del último cuarto de siglo pasado, ¡ojo al dato!