El seis de diciembre de 1.978, miércoles, los españoles ratificamos en referéndum la norma suprema del ordenamiento jurídico español
Sancionada por el Rey Juan Carlos I el día 27 de diciembre, entró en vigor el 29 de ese mismo mes, una vez publicada en Boletín Oficial del Estado. La Constitución española de 1978 es la primera que se logra por consenso en España. Esa aquiescencia ha permitido que su vigencia en el tiempo haya desbordado todas las previsiones. Aquellos políticos de entonces, y no quiero que se me acuse de nostálgico por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, demostraron una gran cintura política. Sirvan estas breves palabras para reconocer una obra que ha permitido convivir a todos los españoles en paz, libertad y prosperidad. Los políticos de aquella época fueron capaces de aparcar sus legítimas discrepancias y fortalecer y desarrollar las muchas cosas que les unían, en beneficio de un bien común.
Recordemos a los denominados padres de la Constitución, por ejemplo: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez Llorca, Manuel Fraga Iribarne, Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé Tura y Miguel Roca Junyent. Ellos, igual que el entonces presidente del Gobierno Adolfo Suárez y los más relevantes líderes de la oposición, Felipe González, Enrique Tierno, Santiago Carrillo, Xavier Arzallus o Jordi Pujol, demostraron una gran capacidad para alcanzar acuerdos. De hecho, ya lo habían demostrado con la firma de los Pactos de la Moncloa, un compromiso entre todas las fuerzas políticas parlamentarias para arreglar el alarmante deterioro de la situación económica del país, producido en la segunda parte de la década de los 70.
Hoy es un día de celebraciones en todos los rincones de España. Sin embargo, no dejo de reconocer que, los ciudadanos, nos encontramos sumidos en una espiral de crisis de incalculables e impredecibles consecuencias. Hemos de ser capaces de rescatar aquel espíritu del 78 en el que prime el consenso y el pacto en unos momentos absolutamente excepcionales, para superar la situación. Recuerdo unas imágenes, recogidas por la televisión hace unos meses, en las que se veía una madre con su hija de pocos años en medio de un lodazal; habían perdido su casa y todas sus pertenencias a causa de un desastre natural. La madre lloraba desconsolada, lamentándose por la desgracia ocurrida; la niña, con una voz dulce y entrecortada, consolaba a su madre: “¡no llores mamá, estamos vivas”!
Quedan pocos días para que se produzca el cambio de Gobierno, consecuencia de las elecciones generales celebradas el pasado 20 de noviembre y llega la hora de la verdad. Nunca es tarde para alcanzar la meta si en el empeño ponemos coraje y determinación. Si repasamos la historia de España encontraremos situaciones en las que sus ciudadanos dieron pruebas de superación, ante la adversidad, y de unión, en el esfuerzo y el afán de progreso para conseguir los objetivos deseados. En mi post La fantasía de un sueño hecho realidad, de 2 de agosto de 2010, puedes encontrar algunos argumentos que fortalecen esta idea.
Desde la atalaya que me proporciona Decroly Digital hago un llamamiento cívico a todos los hombres y mujeres de bien para que, estacionando sus genuinas reivindicaciones individuales, si fuera preciso, apoyen las duras decisiones de quienes nos gobiernen, que no dudo deberán adoptarse, en aras de una salida honrosa de la crisis en beneficio de esta y futuras generaciones de españoles. Es el momento de la unidad, de trabajar todos juntos desde la posición que a cada cual corresponda, alcanzando acuerdos a favor de lo mucho que nos une y aparcando lo poco que nos separa. ¡La unión hace la fuerza!
Pero, dicho lo cual, el año 1978 se encuentra permanentemente en mi memoria. Decroly inició sus actividades de formación profesional reglada ese mismo año, en el curso 1978-1979. En el presente curso académico 2011-2012, con la XXXIV promoción de estudiantes, Decroly se aproxima a aquel ideal fundacional de la entidad, consistente en alcanzar las más altas metas posibles.
Decroly ha participado en todas y cada una de las reformas del sistema educativo; ha contribuido al desarrollo personal y profesional de los ciudadanos de Cantabria, en un ambiente de trabajo cooperativo; ha colaborado con el tejido productivo en más amplio sentido de la palabra; ha adaptado sus actuaciones a los cambios, liderándolos en no pocas ocasiones, cuando no anticipándose a ellos; ha impregnado la formación profesional de valores, fortaleciendo los más tradicionales e implementado otros de nuevo cuño, como son la pedagogía inclusiva, multicultural, defensora de la creatividad, de la innovación y de la igualdad de oportunidades; ha introducido en sus actuaciones la dimensión europea y global de la educación y de la formación profesional; ha incorporado las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones a la práctica docente cotidiana; en suma, ha intentado caminar en paralelo con cada uno de los históricos momentos que le ha tocado vivir.
En mi post DECROLY, curso 1980/81, de 7 de Septiembre de 2010, que escribí para recordar el XXX aniversario de la implantación de los estudios de FPII –en la actualidad equivalentes a los ciclos formativos de grado superior (CFGS)-, gloso los inicios de Decroly con recuerdos emotivos. Hoy, existe una razón para recordar, nuevamente, aquel año 1978. La sociedad española y de Cantabria ha sufrido transformaciones políticas, económicas y sociales, jamás imaginadas en aquel momento, en las que Decroly ha sido un sujeto agente y paciente, a la vez, de las mismas.
El centro de formación profesional Decroly nació en el año que se promulgó la Constitución Española y, para ser sincero, lo mismo que ha ocurrido a la Carta Magna –salvando las distancias- ha experimentado un extraordinario desarrollo. Quizá, una de las realidades educativas que más me han impactado ha sido la natural integración de los estudiantes extranjeros. En este curso, Decroly Digital lo ha publicado en varios momentos, ese colectivo representa el 27% del total de alumnos matriculados, procedentes de ¡18 nacionalidades!
Para concluir este post, unas breves pinceladas que, a buen seguro traerán gratos recuerdos a algunos, ¿verdad Miguel Ángel? ¡Que jóvenes éramos entonces! Los padres de alumnos, en general, estaban totalmente comprometidos con el centro: Herrero, Bustillo, Elorza, Recio,… ¡y tantos otros! Los estudiantes de la época tuvieron grandes oportunidades de empleo que no desaprovecharon. Las empresas colaboraron, igual que ahora, con destacable determinación en pos de contribuir a la formación integral de los estudiantes, en habilidades y competencias profesionales que, en aquella época, se demandaba. En fin, el año 1978 y siguientes pusieron los pilares de un centro que ha sido fiel a sus orígenes y a sus ideales, resaltando su carácter propio, con la vista puesta en el bien del alumno en todas sus facetas.