Datos y cifras sobre la formación continua en DECROLY durante el año 2009 |

Cada año, desde el 2004 en que comenzara el nuevo modelo de formación continua en las empresas, regulado en el Real Decreto 1046/2003 de 1 de agosto de 2003 y la Orden TAS 500/2004 de 13 de febrero –hoy anulados y sustituidos por el Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo y la ORDEN TAS/2307/2007, de 27 de julio–, DECROLY presenta a su comunidad educativa, a las empresas adheridas a sus planes de formación continua y a la sociedad cántabra en general un informe sobre su contribución a la formación de los empleados de las empresas de Cantabria.

Parece que fue ayer cuando iniciamos la andadura bajo el nuevo modelo de formación continua, destinado a los trabajadores de las empresas pequeñas, medianas o grandes, aplicado desde el 1 de enero de 2004, y auspiciado por la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo (FTFE). Sin embargo, ya han pasado seis años. Trabajo y esfuerzo compartido con los responsables de RRHH de las empresas y con la representación laboral de los trabajadores, en su caso, han sido los tradicionales ingredientes que han contribuido a la evolución y desarrollo de las empresas y de su capital humano, a través de la formación continua.

Todos juntos hemos contribuido a fomentar la cultura de la formación continua en las empresas, en beneficio de las organizaciones y sus empleados. Este desafío compartido ha significado mucho para DECROLY. No en vano, la formación continua forma parte de nuestra estrategia corporativa, con prioridad 1. Las empresas han mejorado la calidad de sus productos y servicios ante los retos de una sociedad globalizada que les demanda iniciativas innovadoras, creativas y de calidad para sobrevivir a una crisis vertiginosa, irrefrenable, imparable que no ceja de perturbarnos.

Los empleados, el capital humano del tejido empresarial, son el valor más relevante y apreciado, en mi opinión sin duda alguna, de las empresas, por encima del producto o servicio que fabrican o comercializan. Por ello, no hay marcha atrás. Cualquier norma de aseguramiento de la calidad exige tener implantado un plan de formación continua para los trabajadores de cada empresa. La cultura de la formación continua, de la formación a lo largo de la vida activa de las personas se ha instalado definitivamente en las empresas.

Viene a mi mente una hermosa frase de Antonio Machado, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, de su poema “Caminante no hay camino”, popularizada por Joan Manuel Serrat en un LP dedicado al poeta, en una de sus obras maestras, “Cantares”, presentada en 1987 en el programa de Miguel Ríos “Qué noche la de aquel año”. Permitidme esta licencia de Machado y Serrat que solo pretende enlazar con una situación que se ha producido en el conjunto de las relaciones institucionales DECROLY – empresas de Cantabria que hemos mantenido en todos estos años. Empleados, empresarios y DECROLY, en su condición de Entidad Organizadora de Formación al amparo de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo (FTFE), estamos contribuyendo a la construcción de una sociedad más eficiente, equitativa, justa, moderna y capaz de competir empresarialmente con otras de los cinco continentes. En este camino la formación representa un elemento estratégico clave de competitividad.

El año 2009 que acaba de concluir ha estado caracterizado por un cambio cualitativo en la tendencia de las empresas a la hora de plantear la formación continua de sus empleados. En mi opinión destaca una reseña especialmente: la flexibilidad y aceptación de las empresas de un amplio abanico de opciones fruto de la combinación entre la tradicional modalidad de formación presencial con la modalidad de aprendizaje A distancia o a través de Internet –Teleformación-. Sin entrar a un detalle excesivo, el número de horas de aprendizaje autónomo, a distancia o a través de Internet, se aproxima al número de horas presenciales. Ello significa que poco a poco va cundiendo entre los empleados y sus empleadores la cultura de aprender a aprender, una de las competencias personales y profesionales clave que demanda nuestra sociedad hoy

Merece la pena resaltar que, por un lado, el 12 % de las empresas, pertenecientes a una horquilla entre de 50 – 249 trabajadores -y un 1 % con más de 250- han dado, en general, un paso positivo en materia de organización de la formación. Han existido encuentros bilaterales DECROLY – empresa para evaluar necesidades formativas; diseñar planes de formación, incluyendo diferentes modalidades en virtud de los empleados a los que cada acción formativa iba dirigida; incentivar el consenso de la empresa con la representación legal de los trabajadores el plan de formación; definir objetivos y contenidos; calendarizar las diferentes acciones formativas, en algunos casos, en planes plurianuales de formación; acordar sencillas actuaciones de reconocimiento como instrumento de motivación y desarrollo de la autoestima de los empleados.

Por otro lado, el 55 % de las empresas adheridas a nuestros planes de formación, se encuentran en la horquilla comprendida entre 10 y 49 trabajadores. La ausencia de una estructura organizativa, en muchos casos, que incluya un responsable de formación, calidad y, en su caso, medioambiente y prevención de riesgos laborales y profesionales, dificulta la interlocución de DECROLY con cada una de ellas. Esa competencia organizativa suele “descansar” sobre los hombros de los gerentes que, en no pocas ocasiones, disponen de tiempo escaso para reflexionar y actuar en materia de formación continua. Esa misión, a veces, queda diluida en una primera responsabilidad atribuida a una secretaria. La interlocución, transmisión de datos e información y asesoramiento, se pierde en eslabones intermedios. Aún así, la constancia de nuestros asesores y consultores de formación conduce a un éxito parcial, en base a propuestas unidireccionales, emanadas desde DECROLY, principalmente.

Una atención diferenciada exige el tratamiento de las empresas con plantillas medias comprendidas entre 1 y 9 empleados que ronda el 32 % del colectivo empresarial adherido a DECROLY. Ahí la tarea es más ardua, si cabe, en comparación con las empresas del rango anterior 10 – 49. En ambos casos, analizando empresa a empresa, desde DECROLY entendemos que debemos fomentar e incentivar la formación MIXTA, como recurso que evite los innumerables inconvenientes que presentan los empleadores y empleados de ese colectivo empresarial. A plantilla más reducida, mayores dificultades para encontrar el momento, la fecha, el horario, para formar a esos trabajadores. La cultura formativa suele ser escasa y no se da la importancia que merece la formación continua, muchas veces eclipsada por las exigencias y demandas del día a día.

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