De acuerdo con la planificación general del curso 2015-2016 en Decroly, los días 16, 17 y 18 de setiembre tuvo lugar en el salón de actos del centro la presentación de este nuevo año académico a los alumnos de primero y segundo de los ciclos formativos de FP Básica, Grado Medio y Grado Superior

Los estudiantes de FP Básica fueron convocados a una sesión en la que estuvieron presentes alumnos de primer y segundo cursos de Informática de Oficina (IO),

Informática y Comunicaciones (IC) y Servicios Administrativos (SAD). Los jóvenes matriculados en Grado Medio, en los ciclos formativos Gestión Administrativa (GAD) y Servicios Microinformáticos y Redes (SMR), asistieron al encuentro por separado: alumnos de segundo curso, por una lado, y los de primer curso en una sesión independiente. Finalmente, para los estudiantes de Grado Superior, se organizaron cuatro sesiones, dos para los alumnos de primer curso – Asistencia a la Dirección (ADIR) y Administración y Finanzas (AyF); Administración de Sistemas Informáticos (ASIR), Gestión de Ventas y Espacios Comerciales (GVEC) y Guía, Información y Asistencias Turísticas (GIAT)- y otras tantas para los de segundo, agrupados con el mismo criterio.

Tal y como ocurre cada año –parece que no existe una solución para resolver esa incongruencia- a las presentaciones concurren los alumnos matriculados en junio, solamente. Ello es debido a la regulación por la Administración, un tanto sorprendente, de programar la matriculación de estudiantes que solicitan un puesto escolar en la convocatoria de setiembre entre los días 21,22 y 23 de setiembre, cuando el calendario escolar establece el inicio del curso para el día 16. Con este comentario, no se trata de realizar una crítica sarcástica sino, simplemente, constatar la evidencia y llamar la atención para que la Consejería de Educación, Cultura y Deporte resuelva esta incoherencia para el próximo curso y siguientes.

Este director se encarga de presentar el curso en las sucesivas sesiones  programadas y de conducir este acto académico que pone al alumnado, particularmente a los estudiantes de nuevo ingreso, en contacto con Decroly, una institución en la que han depositado toda su confianza para lograr sus particulares expectativas y objetivos. Una representación del equipo directivo, los respectivos tutores de cada grupo y otros profesores me acompañan en esta ceremonia inaugural.

El evento transcurre, en su primera parte, en un ambiente colectivo de cercanía y acompañamiento mutuos y apunta los primeros rasgos singulares de Decroly, una institución educativa que aspira a liderar los importantes cambios educativos y sociales que se producen incesantemente en este primer cuarto del siglo XXI. Me afano por enumerar, transmitir y destacar su carácter propio e ideario educativo; su cultura corporativa, con sus particulares señas de identidad y aquellos otros valores que distinguen la “marca” Decroly entre el conjunto de los proveedores de Formación Profesional en la Comunidad Autónoma de Cantabria.

No sé si debo calificar de fortaleza o, más bien, de debilidad el sentimiento pasional que me entusiasma cada vez que presento a los alumnos de nuevo ingreso, por ejemplo, el origen y la evolución de Decroly. Me resulta muy sencillo trasladarles la ilusión que inspiró la creación de este centro y los innumerables éxitos cosechados, por decenas de miles de alumnos en forma de resultados altamente satisfactorios. Me siento tan orgulloso del proyecto, de todos cuantos lo hemos impulsado, desarrollado y hecho posible, con frenesí y determinación sin límite como diría el poeta, que siento rubor al estar cayendo, tal vez, en un cierto grado de autobombo exacerbado que puede causar estupor en quien no conozca la realidad decroliana.

Comento a la audiencia asistente a las distintas sesiones, con las matizaciones propias del nivel educativo al que me dirijo en cada caso, la estructura académica y organizativa de Decroly; la oferta educativa, diferenciando los regímenes –presencial y distancia- y las modalidades –a tiempo completo, parcial o en oferta modular dirigida a adultos-; los niveles educativos –FP Básica, Grado Medio y Grado Superior-, desglosados por familias profesionales y ciclos formativos; la razón de ser de esta institución educativa que ha ubicado su punto de mira en las personas, en los alumnos.

Me explayo, a sabiendas de que pudiera extenderme demasiado en este primer encuentro, sobre algunos aspectos innovadores, tal vez, inusuales en los centros de procedencia de los hoy alumnos de Decroly. Me refiero a la implantación progresiva en Decroly de una renovación pedagógica y metodológica que algunos tachan –quizá exageradamente- de “revolucionaria” impulsando, particularmente, la denominada pedagogía coasociativa y la fluida interacción individual y colectiva entre los estudiantes y sus profesores.

En otro orden de cosas, y con matices específicos para los alumnos de FP Básica, menciono alguna de las facetas más singulares de Decroly en su trabajo cotidiano. En primera instancia, señalo algunos de los valores que impregnan el carácter propio de Decroly como son la autoestima, la empatía, el compañerismo, la integración multicultural, el respeto, la motivación, la superación, la tolerancia, la responsabilidad, el emprendimiento, la creatividad,… todos ellos orientados al logro de la deseada felicidad. Además, en otro orden de cosas, me centro en el uso de dispositivos móviles inteligentes y de materiales digitales que sustituyen a los libros de texto.

Hoy, en estos prolegómenos del siglo XXI, nos regimos por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE); los centros educativos, y Decroly no es una excepción sino más bien todo lo contrario, evolucionan, cambian, hacia un modelo diferente al implantado hasta el año 2006, por coger como referencia la entrada en vigor de Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE); los profesionales docentes se esfuerzan a diario para asimilar la cultura inoculada a los jóvenes de esta generación, descubriendo todas sus particularidades individuales de carácter académico, personal y socioeconómicas, entre otras.

Durante toda mi presentación enfatizo mi determinación, y la de todos los profesionales de Decroly, por tender puentes de cercanía y complicidad con los alumnos para iniciar una ruta todos juntos de apoyo y esfuerzo compartido, repleta de experiencias positivas que faciliten el aumento de la autoestima de unos y otros. Borrón y cuenta nueva, señalé en un momento de defensa apasionada del comienzo de una nueva etapa académica y vital de todos cuantos escuchaban mi alegato. Ha comenzado un período nuevo en sus vidas que orientará el camino hacia la meta del éxito personal y profesional de todos y cada uno. En esa tarea nos sentimos comprometidos quienes conformamos el equipo de profesionales de Decroly. 

Me detengo, asimismo, en asuntos como la implementación de la competencia comunicativa, a través del leguaje digital que hemos incorporado los ciudadanos del siglo XXI a nuestra vida ordinaria, y también, por tanto, al ámbito educativo; el fortalecimiento de la implicación del alumnado en la construcción de su aprendizaje, de su desarrollo personal y profesional; abogo para ello por la adquisición y, en su caso, fortalecimiento de las competencias clave y transversales que contribuyen positivamente en el desarrollo emocional y social de cada persona.

Mi intervención concluyó con una reproducción de mensajes que se tornan reiterativos por ser parte de la esencia de Decroly. A título enunciativo recordé la entusiasta participación de profesores, alumnos y personal de administración y servicios en programas y proyectos europeos; la manifestación del europeísmo decroliano integrado en el espíritu europeo e internacional de la educación y de la formación profesional; las iniciativas para la generalización del bilingüismo; la acreditación de la lengua inglesa por entidades oficiales externas; el desarrollo de proyectos de FP Dual; el establecimiento de programas de refuerzo y atención a la diversidad; la determinación por alcanzar los más altos logros en materia de integración; el descubrimiento del talento individual y su desarrollo en consonancia con las aptitudes y circunstancias de cada persona; el fomento de la igualdad de oportunidades y la lucha sin cuartel para evitar cualquier atisbo de discriminación por cualesquiera causas de índole personal o socioeconómicas;…  

En Decroly existe una suerte de conjuro para favorecer un aprendizaje de calidad, en un ambiente cordial y colaborativo; descubrir y estimular las múltiples inteligencias innatas de cada uno de nuestros discentes; potenciar comportamientos orientados a generar un alto grado de empatía entre todos cuantos pertenecemos a esta comunidad educativa; aspirar a la felicidad que proporciona conseguir los objetivos personales, sociales y profesionales que nos planteamos al ingresar en este centro.

Aquellos que lean habitualmente este blog conocen “la música” de estos mensajes. Pero es mi obligación reiterarlos para general conocimiento del alumnado de nuevo ingreso. Para concluir esta entrada me permito incorporar un párrafo textual de mi entrada Inauguración del curso 2014-2015 en Decroly, publicada el 19 septiembre de 2014. Decía así:

“Invertimos en las personas; acompañamos a cada estudiante en la ruta que se inicia en esta etapa que ahora comienza en Decroly; ahora nos preocupa el presente y futuro de todos nuestros estudiantes. En esa tarea vamos a dedicar todo nuestro talento y esfuerzo, cooperando con cada alumno para que encuentre su espacio personal y profesional de cara a una futura empleabilidad. Al fin y al cabo, además del convencimiento propio, existe un mandato legal. Permítaseme acudir a la LOMCE. La primera frase del preámbulo de la Ley dice: “El alumnado es el centro y la razón de ser de la educación”. ¿Qué más puedo añadir yo a este enunciado?”

Y concluyo, igual que lo hiciera el año pasado al relatar lo ocurrido en el evento de inauguración del curso, con dos citas célebres de autores que dejaron su impronta a la humanidad con su sabiduría. Una, del escritor y reformista inglés Samuel Smiles (1812-1904), es un canto al optimismo, siempre presente en mis pensamientos: “La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca”; otra, del laureado filósofo griego Aristóteles (384 AC-322 AC), al reflexionar sobre uno de los tres dones -la sonrisa, el sueño y la esperanza– que nos ha dado la naturaleza a los seres humanos: “la esperanza es el sueño del hombre despierto”.

Recorramos juntos el camino que nos conduce hacia la felicidad y el éxito con optimismo, esperanza e ilusión.